viernes, 10 de marzo de 2023

Magnífica desolación - Javier Moreno

Magnífica desolación, Javier Moreno, Candaya, 2023. 

 

Javier Moreno se ha erigido, por derecho propio, como uno de los narradores españoles más interesantes de la actualidad. El escritor murciano afincado en Madrid posee ya una solidad trayectoria de libros de narrativa, a los que debemos sumar sus poemarios y su ensayo El hombre transparente (2022), a la que debemos sumar ahora este Magnífica desolación, que viene a confirmar su madurez como literato. Al tratarse de un escritor con más de una decena de libros publicados, podemos comenzar el análisis de esta nueva obra atendiendo a su incardinación en el imaginario de Moreno. En principio se trata esta de una tarea compleja por dos motivos: la heterogeneidad que caracteriza su obra y el hecho de que aquí cultive por primera vez la novela corta. Sin embargo, en sus libros previos, tanto en las novelas como en las colecciones de cuentos, ya aparecían algunos de los temas o técnicas que hallamos en Magnífica desolación. Así, la distopía que en su día fue 2020 (2013), obra que se puede considerar como profética tras vivir el año al que el título aludía, aparece aquí especialmente en el último de los relatos, “El cielo de Madrid”. En este mismo texto se pone el foco en cómo las redes sociales influyen en nuestro comportamiento, tema sobre el que se reflexionaba ampliamente en El hombre transparente. El protagonismo otorgado a la clase media aburguesada atraviesa todo el libro, en un momento dado el narrador alude al “sereno placer de la burguesía”, como ya lo hiciera en obras previas como en los cuentos de Un paseo por la desgracia ajena (2018). La sexualidad en su relación con las nuevas tecnologías aparece en el relato ya citado de manera similar a como lo hacía en Omega (2022). Por último, las reflexiones sobre la literatura y sus límites, tema que como veremos atraviesa todo el libro, era central en Null Island (2019).

            Como vemos, Magnífica desolación entronca con la obra reciente de Javier Moreno, pero lo hace proponiendo una nueva forma de narrar determinada por la extensión de sus relatos. Los cuatro textos que componen el volumen tienen una longitud de entre cincuenta y cien páginas, lo que los hace exceder los límites del cuento y no llegar a poder ser considerados como novelas. El hecho de estar, por lo tanto, ante cuatro novelas cortas no es algo anecdótico, ya que implica que las historias narradas posean un desarrollo que el relato corto no permite, pero también que carezcan de elementos secundarios o accesorios que sí son más frecuentes en las novelas. Además de su similar extensión y unos mecanismos narrativos similares, las cuatro novelas cortas que integran el libro tienen en común la indagación sobre las posibilidades de la ficción. En todos los relatos se usan distintas técnicas para que en ellos convivan dos planos de la ficción distintos, dos niveles diegéticos en terminología narratológica. Así, en “Pentimento” se van sucediendo fragmentos de un relato y la historia de su autor; en “Los reinos de lo irreal” acompañamos a un escritor en un viaje en el que indaga sobre dos artistas cuyas vidas se van narrando también; y en “El cielo de Madrid” se alternan la vida real y una especie de videojuego que crea visiones alternativas de aquella. Algo diferente es la técnica usada en “Magreb”, en el que se cuenta en varias ocasiones, en una especie de sampleado narrativo, una misma escena, dando lugar a un relato repetitivo con leves diferencias entre las distintas versiones.

            También es interesante la importancia que posee la música en los relatos. Si bien en ninguno de los cuatro es un elemento fundamental de la trama, en todos aparece y lo hace de manera diferente. A lo largo del libro encontramos desde un personaje que durante su aislamiento solo echó de menos la música y no a las personas, otro para el que una canción (Pulaski at Night de Andrew Bird) determina la elección de un alojamiento, un tercero que ha perdido el gusto por la música y el uso de un fragmento de otro tema (If You Leave and If You Marry de Kevin Morby) como paratexto. En relación a las coincidencias que existen entre las cuatro novelas cortas llama la atención cómo la casa del bosque de la primera vuelve a aparecer al final de la última, en un guiño que otorga cierta circularidad al libro.     

            Pero más allá de estas coincidencias tanto técnicas como temáticas, las cuatro novelas de Magnífica desolación se deben considerar obras autónomas que desarrollan historias muy interesantes y bastante diferentes entre sí. En “Pentimento” un escritor se aísla en una casa en mitad de un bosque en un espacio similar a la historia del último libro que escribió y que es el único que ha llevado hasta allí. La historia de ficción, cuyos fragmentos se van intercalando, nos lleva a una guerra (posiblemente la Guerra Civil española) en la que un tenaz sargento decide buscar a un hombre que evitó elegir entre los dos bandos contendientes, escondiéndose en la montaña para no tener que alistarse en ninguno de ellos. “Los reinos de lo irreal” cuenta las vidas de la fotógrafa Vivian Maier y del escritor Henry Dager, ambos poseedores de biografías similares ya que se trata de artistas de obra reconocida de forma póstuma y de personas excéntricas; simultáneamente asistimos a la búsqueda del autor, el más parecido a Moreno de todos los personajes, tras las huellas de ambos en el Chicago contemporáneo. Por su parte, el narrador de “Magreb”, que reconoce que ha llevado una vida anodina, recuerda una y otra vez su encuentro con una mujer en el bar de un hotel de Marrakech. En “El cielo de Madrid” un profesor revive en un mundo virtual la relación que mantuvo con una alumna y cuyas consecuencias acabará sufriendo.

            Con estos mimbres Javier Moreno nos ofrece una obra estupenda sobre las posibilidades de la ficción para crear variantes de una misma historia.


Reseña publicada en La Verdad. 



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