domingo, 25 de noviembre de 2018

El jardinero - Alejandro Hermosilla



El jardinero, Alejandro Hermosilla, Jekyll & Jill, 2018, 190 págs., 17,50€.

Desde el comienzo de los tiempos, si hacemos caso a la Biblia, los jardines han sido espacios valorado por los seres humanos; qué era si no el paraíso sino un jardín cuidado con mimo por Dios del que Adán y Eva fueron expulsados. Con el paso del tiempo, los jardines se convirtieron en un sucedáneo de esa naturaleza salvaje de la que habíamos huido, una manera de rodearnos de la vegetación de bosques y selvas pero de manera controlada. Es en uno de estos espacios donde se desarrolla la nueva novela del cartagenero Alejandro Hermosilla, publicada, de manera primorosa como suelen hacer, por Jekyll & Jyll con portada del ilustrador Tomás Hijo.
El libro parte de otro valor que se suele dar al jardín: el de estatus social. Hoy en día se valoran mucho más en el mercado inmobiliario aquellos barrios con abundantes zonas verdes. En siglos pretéritos los grandes señores no concebían sus mansiones sin el añadido de un enorme jardín perfectamente cuidado. Es una familia nobiliaria de época aparentemente medieval la protagonista de la novela de Hermosilla y la contratación de un extraño jardinero que se adueñará de su jardín el detonante de sus problemas. Por error el conde ofrece a este empleado un contrato vitalicio, lo que le permite holgazanear a su gusto sin miedo a ser despedido y a descuidar el trato de las plantas. Con el paso del tiempo, la dejadez del jardinero se torna en insubordinación y comienza a socavar el poder de la familia en el condado a la vez que va ganando influencia entre sus miembros.
Esta versión de los hechos está determinado por la fuente que el lector tiene de los mismos: el hijo menor de los condes. Este personaje, que cuenta en primera persona lo que va sucediendo en los dominios familiares, se nos presenta al principio como un ser obsesivo, que detesta al jardinero y que sueña con convertirse en el heredero por delante de sus hermanos mayores. Con el paso de las páginas, esa obsesión deviene en locura y el argumento se torna en una sucesión, a veces sin orden ni aparente lógica, de la violencia y las orgías que se suceden en el castillo y que no sólo están protagonizadas por el jardinero y sus secuaces, sino también por los padres, hermanos y por el mismo protagonista.
Esta narración enfebrecida, que va alternando párrafos breves y largos sobre distintos personajes y momentos de la historia, se alimenta de las imprecaciones al jardinero, de la lascivia de su familia (especialmente de la madre, que tiene una relación incestuosa con su hijo menor) y de las continuas alucinaciones del narrador. Hermosilla elabora un texto con un gran ritmo y con una trama abigarrada que se va enredando y bifurcando continuamente como la vegetación de un jardín descontrolado en la que lo real y lo aparente se mezclan a través de la voz del narrador. Además, pone en juego temas como las difíciles relaciones familiares, la amistad y las diferencias de clases sociales, el jardinero no deja de ser un vasallo que se niega a cumplir órdenes.
El relato principal se completa con una serie de fragmentos, de inspiración enciclopédica pero también con la original impronta de Hermosilla, en los que se citan libros y episodios históricos en los que los jardineros tuvieron protagonismo. 

Reseña publicada en El Noroeste:


lunes, 12 de noviembre de 2018

Lo que está y no se usa nos fulminará - Patricio Pron




Lo que está y no se usa nos fulminará, Patricio Pron, Random House, 2018, 172 págs., 17€.

La originalidad es un valor muy importante en la literatura. La mayoría de los escritores transitan por caminos ya desbrozados por sus antecesores, limitándose a ofrecer a los lectores sus historias de una manera similar, aunque nunca igual, a otros autores que les precedieron. Sin embargo, unos pocos escritores arriesgan nuevas formas de internarse en los espesos bosques de la narración. No siempre las trochas que abren llevan a algún sitio concreto o sirven de inspiración para posteriores expediciones, pero siempre se les debe el reconocimiento por el riesgo que corren. Dentro de este grupo de narradores que ofrecen al lector libros originales podemos encuadrar a Patricio Pron y su último volumen de relatos hasta la fecha: Lo que está y no se usa nos fulminará.
Desde el primer cuento, Pron, autor argentino afincado desde hace una década en España, sorprende por la manera de narrar la historia. En la mayoría de la docena de textos que integran el libro hallamos estructuras, perspectivas o estilos que producen un extrañamiento en el lector y que destacan, además, por su variedad. Hallamos, por ejemplo, un cuento en el que se mezclan varios idiomas; se trata de “La repetición” y posee fragmentos en inglés y en portugués. En “Quien te observa en el espejo desaparecerá contigo” se prescinde de los puntos y se multiplican, dificultando a veces la comprensión del texto, los paréntesis. “Salon des refusés”, por su parte, va ofreciendo varios desarrollos posibles para una acción, negando a continuación lo que se acaba de narrar, en una estrategia que se relaciona directamente con la cita de Ricardo Piglia que acompaña el relato.
También hay juegos con la identidad del autor, al protagonista de “La bondad de los extraños” se le llama P y el de “Este es el futuro que tanto temías en el pasado” recibe el nombre de Patricio Pron, y con la extensión de los textos, “Umeak kontatu zuena / Lo que contó la niña” es mucho más breve que el resto ya que tiene dos páginas. Además, y como se puede comprobar en los relatos citados, el autor rompe también con las convenciones de los títulos, muchos de ellos son largos y otros están en otro idioma, como deja patente el del libro, tomado de una canción de Luis Alberto Spinetta. En cuanto a la estructura del relato, también sorprende el uso de fragmentos de un formulario de inmigración para separar las partes de “Oh, invierno, sé benigno”, la inclusión de una historia resumida, por ejemplo en “Uno de esos padres”, o el salto temporal a su propio pasado que sufre el protagonista de “Las luces sobre su rostro”.
Comparados con estos recursos, los temas que Pron desarrolla no son tan originales y lo relacionan con algunos de sus compañeros de generación. Entre los habituales en otros narradores que también aparecen aquí podemos citar las relaciones familiares, las dudas sobre la identidad, las veleidades del mundo literario y la vuelta a la juventud. Más personal es el cuestionamiento de los movimientos revolucionarios argentinos de los años setenta que realiza el narrador de “Un divorcio de 1974”.
Lo que esta y no se usa nos fulminará es, en definitiva, un libro que aborda asuntos habituales en la narrativa contemporánea, pero desde perspectivas novedosas que ofrecen un enorme aliciente al lector sin dificultar la comprensión de las historias relatadas. 

Reseña publicada en El Noroeste:


lunes, 5 de noviembre de 2018

Dicen de mí - Gabriela Wiener




Dicen de mí, Gabriela Wiener, Esto no es Berlín, 2018, 159 págs., 18€.

Muchas personas suelen afirmar que somos la imagen que proyectamos de nosotros mismos hacia los demás. Según esta idea, una persona no puede ofrecer un retrato cabal de su forma de ser, sus defectos y méritos por falta de perspectiva y por ser parte interesada en esa labor. Sin embargo, los le que conocen pueden realizar una descripción mucho más objetiva aunque también mediatizada por la cercanía de la relación que tienen. Esta idea entra en contradicción con la mayoría de libros que podemos encuadrar en la llamada literatura del yo, con la salvedad de las biografías, ya que en memorias, diarios o autobiografías el narrador trata como tema su propia vida.
La periodista y escritora Gabriela Wiener apuesta en su último libro, Dicen de mí, por soslayar, dentro de lo posible, los peligros que puede provocar escribir sobre sí mismo y da la palabra a amigos y familiares que hablan sobre ella. En el prólogo asegura que no es “un libro sobre el yo”, algo con lo que estamos de acuerdo ya que tras su lectura se puede comprobar que aunque el tema principal sea ella, son otras personas las que toman la palabra, por lo que se puede decir que es un libro sobre el “tú”.
Tanto este punto de partida, una obra en la que se repasa la vida del autor dándole el protagonismo a otra gente, como la estructura, cada capítulo es una entrevista en la que Wiener escribe tanto la introducción como las preguntas, son bastante novedosos en la literatura actual. Pero lo que más llama la atención en una época en la que cada vez hay más libros con trasfondo autobiográfico en las estanterías de las librerías españolas es su crudeza. El que crea que la madre, el marido, la mujer, la hija o los amigos de Wiener iban a ofrecer una imagen edulcorada de la autora e iban a soslayar sus conflictos con ella se equivoca. La narradora peruana viene, como recuerda su primer jefe en una de las entrevistas, del periodismo gonzo y ofrece en el libro un retrato crudo de sus intimidades para comprenderse mejor a sí misma y su relación con los demás.
A lo largo de la quincena de entrevistas que conforman el volumen, vamos conociendo en profundidad la forma de ser y las obsesiones de Wiener, en un retrato colectivo que está determinado por la relación entre la persona que responde y la autora y por las preguntas que ella va haciendo, que, si bien le permiten siempre tener cierto control sobre los temas tratados, no evitan nunca asuntos escabrosos. Así, se nos presenta a una persona con un fuerte carácter pero también con grandes inseguridades, que demanda mucha atención de los demás que no siempre devuelve. En el lado positivo de este completo retrato de Wiener, aparece una mujer valiente, que ha superado algunos complejos que lastraron su infancia y primera juventud en Lima y que desarrolla una interesante trayectoria literaria y periodística.
La única entrevista que carece de esa impronta de verdad que poseen todas no es, frente a lo que podría parecer, la que realiza a su hija de diez años, que muestra la conflictiva relación que existe entre una preadolescente y su madre, sino con el padre. Quizás sea por el hecho de que lleve gravemente enfermo mucho tiempo o que haya fallecido antes de que el libro se terminara, pero Wiener tiene un registro muy diferente en las preguntas que le realiza a su progenitor. La autora se sale del guion que sigue en el resto de cuestionarios y apenas le pregunta por ella misma, sino que se centra en la vida del padre y en su militancia política; además, evita cuestionarle por un tema que sí citará más tarde: el hecho de que su padre tuviera una familia paralela formada con otra mujer y una hija.
Uno de los temas que más aparece a lo largo del libro es el feminismo, movimiento en el que Wiener milita y que le lleva a cuestionar algunas situaciones del pasado. Especialmente revelador es el epílogo con el que se cierra el volumen y que narra el intento de realizar una entrevista a su antiguo novio que no llegó a buen puerto debido a la incapacidad de él de reconocer como un acto machista el brutal puñetazo que le asestó. Frente a ello, el novedoso proyecto de familia que comparten Wiener, su marido y su esposa, junto a los hijos que han tenido cada una de las mujeres con el hombre, es presentado como un triunfo frente a la sociedad patriarcal.
En definitiva, un libro distinto, valiente en su acercamiento al yo y que nos muestra que, en gran medida, somos la huella que dejamos en los demás.