lunes, 27 de mayo de 2019

5 - Sergio Chejfec


5, Sergio Chejfec, Jekyl and Jyll, 180 págs., 20€.


La crítica literaria es un género parásito; sólo vive de otro texto anterior que comenta y del que depende tanto para su existencia como para su posible trascendencia, si consigue entablar un diálogo con ella. Sin embargo, en ocasiones, la labor del crítico no se limita a la mera invitación al lector a que conozca tal o cual libro o al comentario de sus rasgos fundamentales. Estoy pensando, por ejemplo, en la importancia que ha tenido Ignacio Echevarría en la publicación de algunos de los inéditos de Roberto Bolaño tras su muerte. Por supuesto que son casos extremos y que el mérito casi íntegro es del autor, pero es una muestra de que a veces ese parásito puede ayudar a vivir al ser del que se alimenta.

Sergio Chejfec plantea una nueva perspectiva de esta conflictiva pero necesaria relación entre la literatura y la crítica en 5, un libro formado por un relato (“Cinco”) y un comentario del mismo (“Nota”). El primer texto, sobre el que luego volveremos, fue publicado en 1996 fruto de una residencia artística en la ciudad francesa de Saint-Nazaire en el año anterior. “Nota” se presenta como una “explicación” (en palabras del propio autor) del relato original escrita veinte años después, pero deviene en una narración independiente que relata las circunstancias de aquella estancia. Chejfec parece concluir que esa explicación que estaba en su deseo inicial es inútil o imposible, optando por crear un texto nuevo que, si bien depende del primero, no ofrece esas respuestas que el lector podría esperar. De hecho, en un fragmento de “Nota”, el autor explicita ese desapego con el relato original con estas palabras: “de lo escrito entonces casi no guardo sentimientos” (pág. 144).

“Cinco” es una narración extraña, ambigua, en la que la trama no avanza de manera cronológica, sino que parece que vamos conociendo fragmentos de un texto previo a través de los comentarios del narrador. En lo relativo al argumento, podríamos citar la relación que establece el protagonista, una especie de vagabundo que camina sin descanso por las calles de una ciudad nueva para él, con Patricia, una panadera que le permite dormir en su tienda. Pero, como ya ocurría en otros relatos de Chejfec, ya estaba en Modo linterna (2014), el espacio posee un protagonismo incluso mayor que los personajes. El propio autor pondera en “Nota” la importancia que este posen: “en mi opinión (…) la organización física de la naturaleza, en cierto modo la geografía, era la verdadera aunque disimulada intención de la literatura” (pág. 153).

La ciudad portuaria y el personaje de Patricia vuelven a aparecer en “Nota”, que fracasa en su intento de explicar “Cinco” pero donde encontramos varias ideas de la poética, ya hemos reproducido un par de frases en párrafos anteriores, de este interesantísimo autor que es Sergio Chejfec. Si bien apenas tenemos referencias explícitas a la narración originaria, sí que se nos describe una situación muy parecida a la que vivió el autor en su concepción. Y es que en “Nota” encontramos a un escritor que es invitado a una ciudad por los responsables municipales y que debe “actuar” como se espera de él. Así, asistimos a sus paseos por la localidad con los responsables de la Residencia, a sus conversaciones con los habitantes de la localidad y a sus viajes en autobús hacia el extrarradio; todo ello con el fin de aprehender la esencia de la ciudad y hacerla protagonista del libro que escribirá, tal y como establece la invitación.

Reseña publicada en El Noroeste:


miércoles, 15 de mayo de 2019

Incidentes - Ary Malaver



Incidentes, Ary Malaver, Valparaíso, 2019, 102 págs., 15€.


Para muchos teóricos, la minificcion abarca todo texto literario de extrema brevedad. Esta definición incluiría a ensayos mínimos, teatro corto o micropoesía; sin embargo, en la práctica, el término acaba siendo un sinónimo de microrrelato y cuando hablamos de minificción solemos hacerlo de textos narrativos que no llegan a las dos páginas y que suelen  resolverse en unas pocas líneas. Creo que no hace un gran favor al género que los escritores más jóvenes sigan repitiendo un esquema que, si bien ha demostrado su versatilidad, puede acabar cansando al lector. Por eso se agradecen libros como este Incidentes de Ary Malaver en el que, partiendo de la premisa de la brevedad, y por lo tanto ubicándose dentro de la minificción, ofrece diversas variantes.

Y es que, si bien todos los textos de este breve libro se rigen por la concisión, salvo el titulado “puppa, papa” que se alarga hasta las cuatro páginas, apenas encontramos minicuentos en el sentido clásico del término ya que no siguen las pautas de maestros como Luis Mateo Díez o Ana María Shua, autora del prólogo de este Incidentes, por cierto. Malaver, escritor peruano afincado en Estados Unidos, es profesor universitario y especialista en minificción (como otros grandes cultivadores del género como David Lagmanovich o David Roas, por ejemplo) y conoce muy bien sus entresijos. De hecho, la publicación de este libro de ficción coincide con la de su ensayo sobre el microrrelato La brevedad como poética. Malaver parece optar por abrir nuevos caminos en la minificción y ofrecer un conjunto heterogéneo al lector.

Desde el punto de vista genérico, podemos agrupar los textos del libro en varios grupos bastante cohesionados entre sí que, sin embargo, se van mezclando a lo largo de las páginas otorgándole al libro esa variedad a la que antes aludíamos. En primer lugar encontramos una serie de textos que se acercan más al tipo canónico de microrrelato que todos conocemos, tienen personajes y una mínima trama, pero evitan ofrecer estructuras cerradas optando más por lo filosófico, como si de fábulas modernas se tratara. A esta sección pertenecerían, por ejemplo, “hallar, soltar” (todos los títulos están en minúscula), sobre las relaciones de pareja de una mujer, o “sueños de una camarera”, que recuerda al mundo onírico de Borges.

Otro grupo, más cohesionado que el anterior, propone la existencia de un supuesto cuaderno boliviano que el autor encontró en un autobús de este país. A lo largo de Incidentes se reproducen varios fragmentos de este manuscrito en un curioso juego metatextual. Pero como señalábamos antes, el volumen estira los límites de la minificción e incluye textos líricos, que destacan por su extrema brevedad. Esta sección poética del libro está compuesta casi íntegramente por haikus, ese tipo de poema de origen japonés que se centra en un detalle y que ocupa tres líneas. Destacan varias haikus dedicados a Ana, una monja androide. Incidentes se completa con poemas que juegan con la disposición gráfica en la página (caligramas), un relato donde lo importante es la fonética (“elevan helio segundo lores”) y fragmentos en inglés.

Como el laberinto circular que ilustra de portada parece sugerir, este libro busca sorprender al lector en cada nueva página, ofreciendo un volumen que en su eclecticismo tiene su principal virtud.


martes, 7 de mayo de 2019

Las suplantaciones - Pedro Pujante


Las suplantaciones, Pedro Pujante, M.A.R. editor, 2019, 150 págs., 14€.


Si partimos de la base de que todo escritor es, ante todo, un lector que ha decidido continuar una cadena milenaria a la que se añade como último eslabón, podemos buscar en toda obra las huellas de esas lecturas previas. Algunos las llaman influencias, otros, más teóricos, referencias intertextuales, pero todos creemos hallar en las líneas que leemos por primera vez ecos de autores que precedieron al autor. En algunos casos esta presencia es más palpable y se erige en elemento fundamental en la concepción y desarrollo del libro, que entabla un diálogo directo con la Historia de la Literatura. Este último caso es el de Pedro Pujante, cuyo último libro, Las suplantaciones, no se puede entender sin La metamorfosis (La transformación, según alguna traducción reciente) de Franz Kafka.

Este narrador murciano ya había dejado claro en libros anteriores que entiende su literatura como un homenaje a los escritores que le han influido. Por ejemplo, su reciente Las regiones inferiores de la muerte (2018) está protagonizado por un Enrique Vila-Matas a quien se le aparece el fantasma de Kafka. El relato más conocido del autor checo está en el punto de partida de Las suplantaciones, en el cual un vendedor praguense, cuyo nombre, George Simurg, remite directamente al Gregor Samsa kafkiano, despierta un día en la habitación de la casa donde vive con su hermana y sus padres convertido en una cucaracha. A partir de aquí, y salvo alguna referencia puntual (hay una chica llamada Felice y el protagonista afirma en un momento dado no conocer a Kafka), la novela adquiere independencia y se desarrolla por derroteros diferentes a La metamorfosis.

El libro pone el foco en un profesor de música madrileño de mediana edad que es primo del George Simurg transfigurado y con el que comparte nombre y fisonomía. La atribulada familia del monstruo acude a su pariente español para que les ayude a afrontar una situación que les sobrepasa. El protagonista, también narrador del texto, se dirige a Praga y poco a poco va descubriendo que la sorprendente transformación de su primo es sólo la punta de un iceberg profundísimo que incluye reuniones secretas, enigmáticos clubes, viajes a Londres para reunirse con el enigmático Rufus y más metamorfosis. El George español comenzará a indagar en los turbios y misteriosos asuntos en los que su primo estaba inmerso para tratar de conocer los motivos de su transformación en un insecto. Lo hará de la mano de diversos personajes, como la citada Felice, que tendrán en común esconder más de lo que muestran.

Con estos mimbres, Pujante desarrolla una intrincada trama en la que pone en juego algunos de los tópicos tradicionales de la novela fantástica como el doble, la flexibilidad del tiempo y el espacio, las difusas fronteras entre realidad e ilusión y la suplantación de identidad, fenómeno que da título a la novela. A partir de ahí, y sin abandonar nunca ese terreno fantástico, el autor plantea también algunas preguntas de calado más metafísico sobre quiénes somos y qué nos hace diferentes de los demás. El propio narrador sufrirá estas dudas al tener episodios de desdoblamiento de personalidad y una anagnórisis, recurso este de gran tradición en la literatura, que será fundamental en el desenlace de la novela. 

Reseña publicada en El Noroeste.