Tuyo es el mañana, Pablo Martín Sánchez, Acantilado, 2016, 218 págs., 18€.
La Transición ha sido quizás, tras la Guerra Civil, la etapa de la Historia de España más tratada por los novelistas del país. Se trata de algo normal si se tiene en cuenta que fueron años en los que se produjeron grandes cambios políticos y sociales en muy poco tiempo. Pablo Martín Sánchez ofrece una nueva y fresca perspectiva de esta etapa tan llena de tópicos y generadora de dogmas que aún soportamos; lo hace desde la visión de un autor que nació en ella, de hecho, tomando como punto de partida de su novela el nacimiento de un niño el mismo día que lo hizo él: el 18 de marzo de 1977.
En torno a la paternidad de este bebé, que acabará llamándose Pablo como el autor, se desarrolla una trama en la que participarán, de una forma u otra, los seis protagonistas de la novela. Estos personajes, cuyo peso en la obra y labor como narradores son parejos, están, a su vez, ordenados por parejas. Por un lado, tenemos a una sagaz y valiente niña y a un veterano galgo de carreras; por otro, a un empresario perteneciente a la burguesía barcelonesa y a su difunta madre, que comenta la acción desde un cuadro en la pared; y, por último, a una joven estudiante de periodismo y a su amante: un profesor muy comprometido políticamente.
Si no fueran suficientes estos seis narradores, siete si contamos la segunda persona mediante la cual conocemos las primeras horas del bebé, la estructura temporal es también compleja. La acción transcurre de manera cronológica y abarca completas las veinticuatro horas de ese 18 de marzo del año 77; además, cada personaje se va sucediendo en la labor de narrador interno, relatando lo ocurrido en presente. Si bien esta complejidad estructural lastra en algunos momentos la novela, se detiene demasiado en la madrugada, el autor logra que la acción avance con fluidez a pesar de la multiplicación de narradores y de la peculiaridad del tiempo del relato.
Esta complejidad que posee Tuyo es el mañana se observa también en el retrato del momento histórico: son muchos y diversos los temas que se tratan. Desde las manifestaciones estudiantiles, hasta el acoso escolar, pasando por la apertura en materia sexual y la adaptación de la burguesía a la incipiente democracia. 1977 fue un año de muchos cambios en España y los personajes de la novela ven sus vidas sacudidas por algunos de ellos. Si bien el retrato de la Transición no es el objetivo primordial del autor, es un telón de fondo importante que ocupa un segundo plano frente a la historia principal, este mosaico de personajes y ambientes distintos que es el libro es bastante eficaz a la hora de conocer la España, y también parcialmente Italia, de la época.
Esta complejidad, en la composición que no en la lectura, que es la marca de la novela como estamos comprobando, se observa también en el cuidado por el lenguaje. El autor elige con esmero el léxico utilizado por cada personaje, que responde a su edad, clase social y a la época en la que viven. Este es un detalle más de la habilidad, casi de orfebre, que ha demostrado Pablo Martín Sánchez al escribir esta interesante novela ambientada en la Barcelona de la Transición.
Reseña publicada en El Noroeste: