miércoles, 22 de septiembre de 2021

Arde Torrevieja - J. M. Sala


 Arde Torrevieja, J. M. Sala, Antipersona, 2021, 234 págs.,14 €.

 

Justo a la mitad de este libro, una enfermera pronuncia unas palabras que creo que definen muy bien lo que sienten los tres protagonistas de la historia: “Estamos en Torrevieja. Tarde o temprano nos va a pasar algo. La pregunta es cuándo” (114). Esta manera de entender la vida en la ciudad alicantina como una condena que antes o después habrá que cumplir es la que comparten Sonia, Juan y el Rojo, pero la diferencia es que cada uno la afronta de una forma muy distinta.

Sonia, quizás por su juventud, apenas tiene dieciséis años, aún no ha perdido la ilusión aunque es consciente de la mediocridad en la que viven la mayoría de los habitantes de Torrevieja y de la escasez de oportunidades que una ciudad volcada en atraer a un turismo de borrachera ofrece a sus jóvenes. Gracias a la inocencia que aún conserva y a su interés por los estudios (sueña con una carrera como astronauta), la chica confía en que podrá labrarse un futuro. Además, parece encontrar en un foro de internet, bajo el alias de Ghost16, a una especie de alma gemela con la que comparte unos gustos musicales que nadie parece tener en su instituto.

Juan, el hermano de Sonia, representa aquello de Torrevieja de lo que la chica quiere huir. Con sólo un par de años más que ella, y aunque ha conseguido independizarse y vivir en un apartamento inmundo junto al Tocao, un amigo que actúa como su conciencia, el chico se siente maltratado por todos. Cree que sus jefes en las obras en las que trabaja tratando de adecentar la ciudad para los visitantes no lo respetan y siente que los turistas ingleses y alemanes (los chanes, en terminología local) se burlan de los jóvenes torrevejenses como él impunemente. Ante esta marginación, la respuesta de Juan es una creciente ira que el Tocao irá alentando.

Por su parte, el Rojo parece el mejor situado de los tres aparentemente. A sus veintipocos años es capataz en las obras en las que Juan es peón y tiene una casa en una de las nuevas urbanizaciones de la ciudad donde convive con su pareja. Sin embargo, Arturo, su verdadero nombre, vive atenazado por un dolor de espalda que no quiere reconocer para no perder su posición en el engranaje de la construcción y, sobre todo, por los remordimientos. El Rojo es consciente de las penosas condiciones laborales de sus subordinados y debe luchar contra sí mismo para no denunciarlo, como le piden su padre y un sindicalista que acude a la obra.

Las vidas de estos tres personajes tan distintos en su manera de enfrentar las adversidades se entrecruzan en una historia que se desarrolla en un solo día: el 16 de junio de 2002. Si interesante es la manera mediante la que J. M. Sala va centrando la focalización alternativamente en Sonia, Juan y el Rojo, lo más destacado del libro es la cartografía física, moral e histórica que hace de Torrevieja, verdadera protagonista del libro. Estamos ante una ciudad muy peculiar, con poca historia y que hipotecó su futuro al turismo que buscaba su clima benigno, sus playas (alguna de ellas artificial, como la que construyen el Rojo y Juan) y sus bares con alcohol barato.

El autor nos muestra la época dorada de la burbuja inmobiliaria en una sátira despiadada contra los desmanes de los gobiernos municipales y de las grandes constructoras en un día que, poco a poco, irá encaminándose a una noche apocalíptica en la que la naturaleza parecerá querer vengarse de la acción del hombre y en la que, finalmente, los tres protagonistas conocerán su condena.  

Reseña publicada en El Noroeste:



domingo, 5 de septiembre de 2021

El diablo tras el jardín - Ginés S. Cutillas

 

El diablo tras el jardín, Ginés S. Cutillas, Pre-textos, 2021, 255 págs., 18€.          

Son muchos y muy profundos los cambios que sufrimos entre los doce y los catorce años. Se trata de una etapa de grandes transformaciones que hacen que dejemos de ser el niño que ha ido aprendiendo poco a poco a vivir a convertirnos en el adolescente que tomará su propio camino. Estos dos años, que antes se vivían al final del colegio y ahora al comienzo del instituto, son los que retrata Ginés S. Cutillas en su última novela en el personaje de Tito.

El protagonista de la obra queda perfectamente definido por el autor y sufre a lo largo de las páginas de El diablo tras el jardín una gran evolución que es narrada con precisión y ternura no exenta de crudeza. Se trata, al comienzo de la historia, de un niño que vive en el barrio del Cabañal de Valencia a principios de los años 80. Tras la muerte de su abuelo, decide explorar la casa que este les ha dejado a él y a su hermano en herencia, y a la que acceden sin que sus padres lo sepan. Allí descubren que el recientemente fallecido les ha legado una especie de reto en su enorme biblioteca: ir leyendo una serie de libros iniciáticos, especialmente seleccionados para jóvenes, en los que ha escondido unos billetes a modo de recompensa. Tito y su hermano Ximo deciden realizar esta lectura junto a sus amigos y compartir con ellos el dinero.

Como ocurre en todo grupo de personas, y especialmente cuando se trata de adolescentes, enseguida surgen entre los amigos las complicidades, las risas, los piques, el amor y los celos. Lo que durante los primeros meses serán emocionadas lecturas colectivas de clásicos como Robinson Crusoe o los cuentos de Poe, con el paso del tiempo, y tras el siempre difícil periodo estival en el que el grupo se separará, se tornará pronto en una sucesión de desavenencias que llevarán a Tito a verse arrastrado, por primera vez en su vida, por la pasión y el deseo erótico.

En paralelo a las fluctuaciones de sus relaciones con sus amigos, el protagonista irá descubriendo una serie de secretos familiares que lo harán despertar, como Lazarillo tras el golpe en la estatua con forma de toro, de la inocencia infantil. Las fotografías de su abuelo dispersas por la casa y las conversaciones con el fantasma del hermano de este le mostrarán las sombras de su querido antepasado. Por otro lado, se verá involucrado en la crisis que vive el matrimonio de sus padres y será el depositario de los secretos de cada uno de sus progenitores, que tendrá que mantener obligado por su alto sentido del honor.

Construye esta emotiva historia Ginés S. Cutillas con una estructura un tanto peculiar relacionada con su tendencia a escribir microrrelatos, género en el que es un consumado experto. El diablo tras el jardín está organizada en sesenta y seis breves capítulos, de unas tres o cuatro páginas de media de extensión, que funcionan también de manera aislada ya que se centran en distintas escenas de la acción. Además, el libro posee un importante componente intertextual ya que los libros que el grupo de amigos lee suelen tener su paralelismo en lo que viven; así, Romeo y Julieta se relacionará con el amor de Tito por Inma, las historias de Sherlock Holmes con su indagación sobre los secretos familiares y las relaciones entre la pandilla con El señor de las moscas


Reseña publicada en El Noroeste: