domingo, 24 de marzo de 2019

Factbook. El libro de los hechos - Diego Sánchez Aguilar



Factbook. El libro de los hechos, Diego Sanchez Aguilar, Candaya, 2018, 350 págs., 18€.


A pesar de que se trata de un periodo muy reciente y cuyas consecuencias aún estamos viviendo, la crisis económica que sufrió España entre el final de la primera década del siglo XXI y el comienzo de la segunda ha protagonizado ya varias novelas. Al corpus formado por obras como La trabajadora (2014) de Elvira Navarro o Asamblea ordinaria (2016) de Julio Fajardo se debe añadir este Factbook. El libro de los hechos de Diego Sánchez Aguilar. Se da la circunstancia de que los tres autores citados pertenecen a la misma generación, nacieron entre 1974 y 1979, una de las que sufrió de manera más directa (aunque, ¿alguna no lo hizo?) aquella época de recortes, paro y precariedad laboral.

Sánchez Aguilar, que debuta con asombrosa solvencia en la novela, ofrece una visión muy crítica y con una sólida base política no sólo de la crisis sino del sistema capitalista, sus contradicciones y servidumbres. Una de las citas iniciales, la otra es de la poeta Ana Pérez Cañamares, es nada menos que de Warren Buffet, que alardea de que los ricos van ganando la guerra de clases. El mundo que imagina Sánchez Aguilar, una especie de historia paralela de la España contemporánea que se desgaja de la actual desde el 15M de 2011, sería seguro del agrado del magnate norteamericano.

Y es que tras la victoria del partido político surgido de aquellas protestas, las élites económicas y políticas toman el control y tras anular los resultados y conseguir que Esperanza Aguirre asuma la presidencia, inician una deriva autoritaria mediante una serie de reformas políticas y económicas ultraliberales. Los recortes en los derechos sociales y en la libertad de expresión suponen, por ejemplo, la eliminación de la “deficitaria” educación pública. En este contexto surge una nueva red social, Factbook, que acoge a los indignados con el sistema y cuyo brazo armado cuelga de los toros de Osborne a los presidentes de la CEOE y del FMI y a una empresaria cuyo nombre recuerda al de Ana Botín.

Ante a esta situación Sánchez Aguilar nos muestra tres tipos de actitudes, representadas cada una de ellas por los tres protagonistas del libro. Por un lado, tenemos al colaborador con el sistema, papel que ejerce un informático innonimado que lucha desde su ordenador contra Factbook para defender la democracia que aún piensa que hay España. Conocemos sus puntos de vista sobre esta extraña red social, en las antípodas de Facebook, y sobre los disidentes, a los que no duda en calificar como terroristas, a través de sus respuestas en una entrevista cuyas preguntas no se nos muestran.

La actitud crítica frente a falta de libertades está representada por Rosa, una profesora que en su juventud militó en grupos antisistema y que se frustra al comprobar que las manifestaciones en las que participa y sus firmas en Change.org no sirven para nada. Factbook y la peculiar atracción del toro de Osborne, símbolo de la resistencia, le proporcionarán una manera de canalizar su ira. El más interesante de los tres protagonistas, por simbolizar la inacción, es Gustavo, expareja de Rosa y guionista de series de éxito cuyo egocentrismo le aleja de la actitud beligerante de ella y le lleva a elegir como salida la criogenización.

Sánchez Aguilar nos presenta un retrato nada complaciente de la sociedad española contemporánea en un libro que a pesar de su densidad ideológica y discursiva, apenas tiene diálogos, se lee con fruición. 

Reseña publicada en El Noroeste:


sábado, 9 de marzo de 2019

El animal más triste - Juan Vico

 

El animal más triste, Juan Vico, Seix Barral, 2019, 200 págs., 16€.

Las dos primeras partes de El animal más triste, la última novela de Juan Vico, se desarrollan en la misma comarca del Prepirineo catalán. Sin embargo, mientras que en la primera, que tiene lugar en la actualidad, un grupo de amigos urbanitas se reúnen en el pueblo donde dos de ellas se han instalado, en la segunda sección un maestro de la República enseña en una aldea situada en un valle cercano que en el presente ha quedado abandonada. La cercanía geográfica contrasta con la diferencia de contexto de los personajes de ambas partes, marcada por las décadas que han transcurrido. Si el docente de 1936 debe luchar contra la incultura y la cerrazón de los habitantes del pueblo, los burgueses de la actualidad se enfrentan a situaciones de índole más personal. Vico muestra cómo ha cambiado la sociedad española en este tiempo y lo que nos pueden parecer, tras conocer las cuitas del maestro, problemas sin importancia, son, en realidad, síntoma de que el país logró hace tiempo gran parte de los avances por los que luchaba el profesor en la gris España previa a la Guerra Civil.

Este es sólo uno de los temas que pone en juego un libro que, a pesar de no sobrepasar las doscientas páginas, es rico en referencias de diverso tipo, erigiéndose como un relato heterogéneo que escapa a una fácil clasificación temática. La trama, especialmente en la tercera y última parte, avanza como fuera de plano y vamos conociendo de manera indirecta las separaciones, las infidelidades y los embarazos del grupo de amigos que se reúnen en el pueblo en la primera parte. Esta forma de narrar hace que el lector pueda terminar el libro con cierta insatisfacción, como necesitando saber más de los protagonistas.

La primera parte reúne en el pueblo a tres antiguos amigos, Marta, Roberto y Jonás (el narrador), y a sus respectivas parejas, Solange, la joven Paula y Cecilia. El grupo se completará con Silvia, una tatuadora vecina del pueblo donde Marta y Solange se han establecido y al que han invitado al resto. Durante unos días disfrutan de la gastronomía local, pasean por el pueblo y por la aldea abandonada del valle cercano y desconectan de sus interesantes trabajos de la ciudad. Sobrevuela el encuentro el peso del pasado, especialmente de la obra literaria de un amigo fallecido que se hace presente con el visionado de El animal más triste, un cortometraje que Roberto, Marta y Jonás filmaron en su época universitaria. 

Tras la historia del maestro republicano, una reivindicación de aquellos héroes cuya vocación docente les llevó a los pueblos más aislados y que recuerda Historia de una maestra de Josefina Aldecoa, volvemos al presente del grupo de amigos que protagonizan el libro. En esta última sección los distintos personajes se van alternando en la narración de los meses que siguen a la reunión en el pueblo, lo que termina de otorgar al libro ese carácter proteico. Aunque los hechos relatados son similares, problemas de índole sentimental, profesional y artístico, los tonos empleados son muy diferentes. El estilo un tanto pedante de Jonás de la primera parte, con continuas referencias cinematográficas como corresponde a su trabajo como crítico, se ve sucedido ahora, por el irónico de Roberto, el lacónico de Cecilia, el erudito, plagado de citas literarias, de Marta, o el descriptivo, sin apenas verbos, de Solange.  

Reseña publicada en El Noroeste: