jueves, 7 de abril de 2022

Flores eléctricas para Kisuri - Pedro Pujante


 Flores eléctricas para Kisuri, Pedro Pujante, Bunker Books, 2021, 187 págs., 16€. 

 

Uno de los estados mentales más desconocidos que puede sufrir el ser humano, al menos para los profanos en medicina, es el coma. Cuando alguien entra en esa situación tras un accidente o enfermedad se instala en una especie de limbo entre la vida y la muerte de muy difícil aceptación para su familia, que se suele mover entre la esperanza de que despierte, el miedo a que no lo haga y las dudas sobre qué grado de conciencia puede llegar a tener el enfermo. Esta última pregunta que muchos nos hacemos cuando pensamos en una persona en esta terrible situación, qué es capaz de captar el enfermo de lo que hay a su alrededor mientras está en la cama de un hospital, está en la base de Flores eléctricas para Kisuri, la última novela de Pedro Pujante.  

Porque el coma es el estado que sufren los tres protagonistas de la novela: los adolescentes Kisuri e Hiruki, que comparten habitación, y el hombre del que poco se conoce, que recibe el nombre de Ryuto y que duerme en otro lugar del mismo hospital japonés. El escritor murciano, que posee una larga trayectoria en la narrativa de ciencia ficción, imagina que mientras estos tres personajes sufren el estado vegetativo viven una existencia paralela en un lugar de difícil definición que en el libro es bautizado como La Residencia. Es este una especie de universo paralelo, un ámbito onírico en el que las cosas nunca son como parecen y en el Hiruki y Kisuri llevan una experiencia de la que nunca son conscientes del todo, como si fueran unos sujetos pasivos del sueño de otro, del terrible Ryuto.  

El libro está construido como una especie de puzle que sólo al final será completado y que somete a la atención del lector a no pocas pruebas, ya que le hace dudar constantemente sobre el carácter real o no de las situaciones descritas. Se busca así que empaticemos con las constantes epifanías que sufre la pareja protagonista, especialmente Hiruki, que será a quien sigamos en los primeros capítulos hasta que conoce la realidad sobre La Residencia, sobre Kokoro/Kisari y sobre sí mismo. En esta compleja trama no faltarán las intercalaciones de sucesos del mundo real, desde los hechos que llevaron a los tres personajes principales al estado en el que se encuentran hasta la inquietante llegada de una nube tóxica al hospital donde se encuentran.  

Pujante muestra en Flores eléctricas para Kisuri una imaginación desbordante, en un libro repleto de plásticas descripciones del surrealista universo donde se desarrolla la mayor parte de la historia. Además, incluye no pocas referencias intertextuales en la trama, entre las que destacan las alusiones a la Divina Comedia de Dante, La Residencia también posee siete círculos, al género del ciberpunk, del que la novela toma parte de su estética, o a personalidades como Scarlett Johanson, nombre que recibe uno de los personajes, o Hikari Oe, un compositor musical autista que guarda similitudes con el hermano de Kisuri, que en la novela recibe el nombre de su padre, el escritor Kenzaburo Oe.  

Estamos, en definitiva, ante un libro que hará las delicias de los amantes de la narrativa de ciencia ficción.

Reseña publicada en El Noroeste:



sábado, 2 de abril de 2022

Entre amigos - Antonio Parra Sanz


 


Entre amigos, Antonio Parra Sanz, Menoscuarto, 2022, 192 págs., 14€.

 

Los lectores aficionados a la novela negra suelen conocer bastante bien los entresijos de este tipo de narraciones, de tal forma que exigen algún tipo de novedad a los autores para sentirse atraídos por su libro. Estos deben conseguir un equilibrio bastante complicado: por un lado deben moverse dentro de los cánones del género (a saber, una investigación criminal llevada a cabo por un policía o un detective de magnética, normalmente por su desordenada vida, personalidad), pero, a la vez, deben ofrecer algo diferente. Este elemento distintivo viene determinado en esta ocasión por el proyecto de la serie Seis Doble, ideado por la editorial Menoscuarto. Como ocurre con otras sagas, esta está protagonizada por una misma investigadora, la detective Sonia Ruiz, pero tiene la peculiaridad de que cada entrega ha de ser escrita por un autor diferente. Así, tras novelas creadas por Lorenzo Silva y Noemí Trujillo, Andreu Martín o Claudio Cerdán, le llega el turno a Antonio Parra Sanz, que sale victorioso del encargo.

Y es que este autor ha demostrado ya su solvencia en el género en la serie de novelas protagonizadas por Sergio Gomes y su conocimiento de la novela negra desde su posición de crítico literario y de organizador del encuentro anual Cartagena Negra. En el caso de Entre amigos, Parra Sanz nos ofrece una trama que no da descanso al lector, con constantes giros argumentales que son asimilados de manera lógica en la historia pero que no ofrecen respiro desde el impactante inicio al violento final. La novela cuenta la investigación que debe llevar a cabo la detective Sonia Ruiz para descubrir quién está detrás del extraño comportamiento de su ayudante Pau, que ha atacado a unos policías estando muy drogado, y de su posterior desaparición. En las casi doscientas páginas del libro, que se leen con gran celeridad gracias a la amenidad del libro, acompañamos a la investigadora Ruiz por medio Madrid detrás de las pistas necesarias para ayudar a su compañero.

Este personaje es seguramente el principal polo de atracción del libro; Sonia Ruiz es una mujer que posee casi todos los rasgos que asociamos al buen detective y que tradicionalmente sólo aparecían en personajes masculinos. Ella, al igual que los mejores detectives privados del género, se muestra como un personaje ambiguo, que pretende resolver el caso con métodos poco ortodoxos que la llevarán a frecuentes choques con la policía. Ruiz es una mujer dura, amante de la velocidad, el gimnasio y el rock de Extremoduro, pero que muestra también su sensibilidad al sentirse afectada por los problemas de Pau. Mantiene con este chico una relación que oscila entre el compañerismo, la protección cuasi maternal y la atracción erótica, en un cóctel que convierte su investigación en una carrera contrarreloj por salvar a alguien tan querido.  

Aunque la novela está repleto de personajes interesantes, como el mafioso rumano que controla el futuro de Pau, o el cerebral inspector Corán, que dirige la investigación policial, son otros dos personajes femeninos los que más atraen la atención de esta novela que, definitivamente, rompe con los tópicos más rancios del género. Por un lado destaca Alba, la novia de Pau, que en un principio aparece como una víctima más de la mafia rumana pero que pronto desvelará su verdadera cara. Por otro, la subinspectora Lidia Goya, cuya similitud de carácter con Sonia las llevará a chocar pero también a colaborar por el bien de la investigación.

Reseña publicada en El Noroeste: