Factbook. El libro de los hechos, Diego Sanchez Aguilar, Candaya, 2018, 350 págs., 18€.
A pesar de que se trata de un periodo muy reciente y cuyas consecuencias aún estamos viviendo, la crisis económica que sufrió España entre el final de la primera década del siglo XXI y el comienzo de la segunda ha protagonizado ya varias novelas. Al corpus formado por obras como La trabajadora (2014) de Elvira Navarro o Asamblea ordinaria (2016) de Julio Fajardo se debe añadir este Factbook. El libro de los hechos de Diego Sánchez Aguilar. Se da la circunstancia de que los tres autores citados pertenecen a la misma generación, nacieron entre 1974 y 1979, una de las que sufrió de manera más directa (aunque, ¿alguna no lo hizo?) aquella época de recortes, paro y precariedad laboral.
Sánchez Aguilar, que debuta con asombrosa solvencia en la novela, ofrece una visión muy crítica y con una sólida base política no sólo de la crisis sino del sistema capitalista, sus contradicciones y servidumbres. Una de las citas iniciales, la otra es de la poeta Ana Pérez Cañamares, es nada menos que de Warren Buffet, que alardea de que los ricos van ganando la guerra de clases. El mundo que imagina Sánchez Aguilar, una especie de historia paralela de la España contemporánea que se desgaja de la actual desde el 15M de 2011, sería seguro del agrado del magnate norteamericano.
Y es que tras la victoria del partido político surgido de aquellas protestas, las élites económicas y políticas toman el control y tras anular los resultados y conseguir que Esperanza Aguirre asuma la presidencia, inician una deriva autoritaria mediante una serie de reformas políticas y económicas ultraliberales. Los recortes en los derechos sociales y en la libertad de expresión suponen, por ejemplo, la eliminación de la “deficitaria” educación pública. En este contexto surge una nueva red social, Factbook, que acoge a los indignados con el sistema y cuyo brazo armado cuelga de los toros de Osborne a los presidentes de la CEOE y del FMI y a una empresaria cuyo nombre recuerda al de Ana Botín.
Ante a esta situación Sánchez Aguilar nos muestra tres tipos de actitudes, representadas cada una de ellas por los tres protagonistas del libro. Por un lado, tenemos al colaborador con el sistema, papel que ejerce un informático innonimado que lucha desde su ordenador contra Factbook para defender la democracia que aún piensa que hay España. Conocemos sus puntos de vista sobre esta extraña red social, en las antípodas de Facebook, y sobre los disidentes, a los que no duda en calificar como terroristas, a través de sus respuestas en una entrevista cuyas preguntas no se nos muestran.
La actitud crítica frente a falta de libertades está representada por Rosa, una profesora que en su juventud militó en grupos antisistema y que se frustra al comprobar que las manifestaciones en las que participa y sus firmas en Change.org no sirven para nada. Factbook y la peculiar atracción del toro de Osborne, símbolo de la resistencia, le proporcionarán una manera de canalizar su ira. El más interesante de los tres protagonistas, por simbolizar la inacción, es Gustavo, expareja de Rosa y guionista de series de éxito cuyo egocentrismo le aleja de la actitud beligerante de ella y le lleva a elegir como salida la criogenización.
Sánchez Aguilar nos presenta un retrato nada complaciente de la sociedad española contemporánea en un libro que a pesar de su densidad ideológica y discursiva, apenas tiene diálogos, se lee con fruición.
Reseña publicada en El Noroeste:
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