sábado, 30 de abril de 2016

Mala Letra - Sara Mesa


Mala letra, Sara Mesa, Anagrama, 2016, 190 págs., 16€.
 Existía hace años un prejuicio en el mundillo literario según el cual los narradores que publicaban, entre novela y novela, un libro de cuentos, lo hacían con la única intención de ganar tiempo y de mantener su nombre en las mesas de novedades de las librerías. Afortunadamente esta forma de pensar está hoy desfasada y Mala letra, colección de cuentos de Sara Mesa, no debe entenderse como un impasse entre su exitosa Cicatriz (2015) y una próxima novela que la mantenga entre los narradores más solventes de su generación (la de los 70).
En este libro se agrupan once relatos de variada extensión y temática, e incluso de calidad, pero que poseen elementos comunes. En primer lugar, el estilo sobrio y preciso de Mesa, que detenta una manera de narrar contenida que favorece que los relatos fluyan. En segundo lugar, el realismo, en algunas ocasiones crudo, de los relatos; la narradora sevillana (nacida en Madrid aunque afincada desde niña en la capital andaluza) nos presenta escenarios cercanos que, incluso en la inventada ciudad de Cárdenas que aparece en varios de los cuentos, podemos identificar con cualquier localidad española. Es en esos territorios próximos donde algo se quiebra para unos personajes que sufren tragedias de muy distinta intensidad  y naturaleza.
Se podrían agrupar los relatos de Mala letra entre los que se desarrollan en la ciudad y los que se ubican en el campo o en pueblos. Entre estos últimos, menos frecuentes en la narrativa española contemporánea, podemos destacar a la joven madre de “El cárabo” que se pierde, tras un insulso día en el campo con su familia, en un bosque; retrata bien la narradora una desolación que va mucho más allá de la situación puntual y que hunde sus raíces en un pasado que no se narra. Este cuento guarda ciertas similitudes con “Picabueyes”, el más breve de la colección; la referencia ornitológica del título, la peligrosidad del campo, la vergüenza de la protagonista y la tirante relación con sus tías se repiten en ambos relatos. Cierra lo que podríamos considerar una trilogía sobre los problemas de unas jóvenes huérfanas con sus tías “Palabras-piedra”, que destaca por el brillante uso del tiempo narrativo.
Ese binomio campo/ciudad presente en el libro adquiere especial protagonismo en “Nosotros, los blancos”, el relato del viaje iniciático de una joven de pueblo a la capital, donde acude para ayudar a su hermana. También se encuentran entre los mejores cuentos del libro “Mármol”, una especie de fábula sobre la muerte en la infancia; “Papá es de goma”, protagonizado por unos hermanos que tienen que crecer de golpe; y “Nada nuevo”, que posee una original estructura narrativa en la cual el narrador dialoga con otro personaje sobre la autenticidad de la historia.
Aunque no mantienen el alto nivel del resto de relatos, se leen con interés textos como “Creamy milk and crunchy chocolate”, sobre el sentimiento de culpa; “Mustélidos”, acerca de la variable relación de dos compañeros de trabajo, y “¿Qué nos está pasando”, que relata como a una empleada se le va de las manos una comida de trabajo con su libidinoso jefe. El último de los cuentos, “Apenas unos milímetros”, posee un final fallido, adoptando una visión moral que no le beneficia, tras el prometedor comienzo sobre un adolescente tetrapléjico postrado en su cama.
Reseña publicada en El Noroeste. 

martes, 19 de abril de 2016

Acontecimiento - Javier Moreno



Acontecimiento, Javier Moreno, Salto de Pagina, 2015, 178 págs., 15€.
 Existen algunos autores que, al ser definidos, reciben con frecuencia la etiqueta “escritor para escritores”. Se suele usar este sintagma para narradores que, por la dificultad de su obra, atraen a lectores que no se dejan amedrentar por la complejidad de un libro o a otros escritores que los toman como modelos a seguir. Nombres como los de James Joyce, Jorge Luis Borges o Thomas Pynchon suelen incluirse en esta selecta nómina, a la que podemos añadir, salvando las distancias, el de Javier Moreno.
Este autor murciano afincado en Madrid nunca ha estado entre los narradores más leídos, pero suele aparecer entre los preferidos por críticos o por autores contemporáneos, gracias a la profundidad y a la  inteligencia que destilan obras como Alma (2011) o 2020 (2013). Su última novela, Acontecimiento (2015), sigue la estela de las anteriores y opta por otorgar protagonismo a las reflexiones del narrador mientras que adelgaza la trama, que queda esquemática en comparación con otras novelas de extensión similar. Por ello, el lector que guste de las obras en las que prima la acción quizás quede un tanto desencantado tras leerAcontecimiento, pero el que tolera la densidad casi ensayística en la narrativa no debe soslayar esta novela.
El libro narra veinticuatro horas en la vida de un publicista de éxito cuya existencia sufre un doble shock: su mujer le sugiere que debe tener una amante y su jefe le propone trabajar para un terrorista. Estas dos noticias marcarán su día en los dos ámbitos, el personal y el laboral, hasta socavar los cimientos más sólidos de sus creencias. Aunque asistimos a episodios importantes para el devenir de la trama, especialmente en la fiesta final en el que la tensión acumulada durante toda la jornada con sus compañeros de agencia acabará explotando, Moreno otorga mayor relevancia a las reflexiones del protagonista que a las acciones.
La mayor parte del libro es el monólogo del narrador, definido a través de sus propias palabras como un descreído y un tanto cínico triunfador, que teoriza sobre diversos temas a lo largo de la novela. Su visión del mundo está determinada por aspectos como su edad, apenas ha entrado en la cuarentena, su trabajo como creativo publicitario y su posición social. Crea Moreno un personaje que resume el arquetipo de publicista moderno y con éxito que viste bien, acude a fiestas exclusivas, pero al que se le permite exhibir un perfil canalla en sus anuncios.
Entre los temas que el narrador murciano trata, con una enorme perspicacia y profundidad analítica, destacan la familia, el amor, el sexo, la política y las redes sociales. Logra retratar con naturalidad la importancia que han adquirido aplicaciones informáticas como Facebook, Youtube o Whatsapp en nuestras relaciones. El caso del protagonista es paradigmático de los cambios que introducen en nuestras vidas y en nuestros trabajos, ya que, por un lado, los anuncios que crea, pensados para televisión, están comenzando a ser reemplazados por otro tipo de publicidad, pero, por otro, le permiten nuevas expresiones de su creatividad, como los estados de Facebook que crea para Urdazi, el terrorista que ha demandado sus servicios.
 Acontecimiento es un libro para leer con detenimiento y perfecto para aquellos que lo hacen con un lápiz en la mano, ya que encontrarán una obra pródiga en frases de hondo calado.
Reseña publicada en El Noroeste:

domingo, 3 de abril de 2016

La edad media - Leonardo Cano


La edad media, Leonardo Cano, Candaya, 2016, 318 págs, 18€
 Los críticos solemos ser condescendientes con las óperas primas. En la Literatura, y especialmente en la narrativa, la experiencia del autor suele ser un atributo al que se le otorga demasiada importancia, por lo que se espera poco de los escritores primerizos y se les disculpa con benevolencia sus errores. Sin embargo, de vez en cuando leemos debuts como este de Leonardo Cano que demuestran que una novela puede resultar sólida aun siendo la primera que su autor ofrece a la imprenta.
Porque La edad media es una obra cuya ambición estructural, se trata de tres historias entrelazadas que cuentan tres épocas distintas del trío protagonista, queda sustentada por una trama de gran interés, con un clímax final en el que las tres historias se unen, y con una originalidad discursiva que se encuentra entre lo más destacado del libro.
La primera de las historias, desde el punto de vista cronológico, narra mediante un narrador colectivo con un tono cercano a la oralidad la adolescencia de un grupo de alumnos de un colegio privado, el Bosco. Cano retrata con precisión el lenguaje, los gustos estéticos y las relaciones sociales, cargadas de una brutalidad que tratarán de olvidar años después, de estos chicos de clase alta de los años noventa. Aunque asistamos a los diversos ritos de iniciación que todos ellos han de pasar, esta parte del libro se centra en Gómez, el hijodelRana, que tratará de escapar durante los años de instituto de su condición de marginado que su obesidad, sus aficiones culturales y su clase social inferior al resto le han conferido en el colegio.
Uno de sus pocos amigos en la época escolar, Fauró, será el protagonista junto a su novia Julia de la segunda sección, ubicada en torno al año 2010. Leemos en ella el chat en el que desde el inicio mismo de la relación ambos conversan con mayor frecuencia de la que se ven, debido a que viven en ciudades distintas. Desde un punto de vista narrativo esta subtrama puede parecer la más insustancial, ya que en ella tan sólo asistimos a charlas banales sobre los proyectos profesionales de la pareja, sus celos, sus intimidades y sus resquemores. Sin embargo, el autor logra ofrecer un alto grado de verosimilitud a este chat, respetando incluso las incorrecciones ortográficas habituales en este formato, para realizar un retrato íntimo de una pareja de jóvenes de clase media-alta en la que ella parece más preocupada por ascender laboralmente que en volver a la ciudad de origen, tal y como él demanda constantemente.
Otro de los ex alumnos del Bosco, Moya, es el protagonista de la tercera historia, relatada por un narrador en tercera persona más convencional. Mientras que el resto de compañeros de promoción han ido ocupando esos trabajos bien remunerados de los que ya disfrutaban sus padres, Moya es un abogado que languidece como administrativo en un juzgado. Azuzado por el éxito de sus antiguos compañeros y por la frustración por desempeñar un puesto para el que está sobrecualificado, caerá en la corrupción para poder ocupar en la sociedad ese lugar que cree merecer. Su destino acabará mezclándose con el de sus antiguos compañeros, Gómez y Fauró, de manera sorprendente.
La confluencia de estas tres historias al final del libro terminará por completar esta magnífica radiografía generacional que es La edad media.
Reseña publicada en El Noroeste.