viernes, 30 de junio de 2023

Viejas danzas españolas - Cristina Morano

 


Viejas danzas españolas, Cristina Morano, La Marca Negra, 2023, 260 págs., 20€. 

 

            Desde 2008 hay una tendencia muy interesante (y necesaria) en la narrativa española que pone el foco en las causas y en las consecuencias de la crisis que comenzó alrededor de aquel año y cuyos efectos aún hoy estamos sufriendo. Dentro de esta temática social se puede encuadrar este peculiar e intenso libro de Cristina Morano, autora que ya se ocupó de la precariedad en su confesional y estupendo Hazañas de los malos tiempos (2014).  

            Esta nueva novela, una más de una autora que parece haberse asentado en la narrativa mientras que mantiene su fructífera carrera como poeta, tiene como tema principal la corrupción, mal que Morano sitúa en el centro de una sociedad, la nuestra, corrompida por los favores entre empresarios y políticos que debilitan el correcto funcionamiento de nuestra democracia. Si bien no existen alusiones directas a ningún espacio real, la ciudad en la que se desarrolla la trama guarda muchos parecidos con Murcia, y, en concreto, con algunos de sus clubes de fútbol, universidades privadas o empresas cárnicas. 

            Para crear esta sátira política que es Viejas danzas españolas, la autora opta por el protagonismo político, repartido en tres grupos de personajes. Los primeros serían aquellos que luchan contra la corrupción desde un partido político asambleario de izquierdas. Morano rinde homenaje a todas aquellas personas que desde orígenes muy distintos y situaciones personales dispares se unen para enfrentarse a un enemigo mucho más poderoso. El libro nos muestra con cierta desesperanza los problemas (económicos, legales, organizativos) a los que se enfrentan estos militantes, pero también la importancia de su labor para señalar las irregularidades cometidas por los mandamases. En este grupo de ciudadanos que decide ir un paso más allá de la mera protesta y buscar las pruebas que lleven a juicio a los corruptos, destaca Roseta Cacho, una antigua camarera de hotel a la que la precariedad laboral y económica llevaron a la militancia.  

            El segundo colectivo, el opuesto al anterior, estaría formado por aquellos políticos, empresarios y esbirros de estos últimos que buscan enriquecerse a toda costa y para los que las leyes son molestas trabas que hay que evitar. Con gran acidez, Morano describe las (tristemente) habituales corruptelas que se cocinan en despachos públicos, en reservados de restaurantes o en el propicio espacio del palco de un estadio de fútbol. Este último lugar es el lugar donde reina el presidente del club local, un siniestro personaje que tiene a su cargo a un pequeño ejército de antiguos futbolistas sin éxito que lo mismo le sirven una copa de escocés que le dan una paliza a quien se interfiere en sus turbios negocios. Otro de los personajes que se mueve como pez en el agua en este mundo de favores, recalificaciones y connivencia con el delito es el presidente de la universidad privada local, Salcedo.  

            Junto a estos dos bandos existen dos personajes fundamentales también en el libro. Por un lado está Inmaculada Sinaí, una cantante de origen humilde, acostumbrada desde joven a animar las fiestas de los ricos y que es requerida para cantar en el palco del campo de fútbol. El otro es el jaguar Darién, cuyas andanzas seguimos desde su selva originaria hasta un circo local de donde escapa y se convierte en una especie de fantasma en la ciudad que acabará interaccionando con la trama principal. Su presencia otorga al libro ese aire de fábula que el subtítulo adelanta.  






jueves, 22 de junio de 2023

Gozo - Azahara Alonso



Gozo, Azahara Alonso, Siruela, 2023, 230 págs., 15€.

Gran parte de nuestra sociedad está construida sobre los cimientos del valor del trabajo. Ya saben aquello de que el trabajo es salud. Azahara Alonso realiza en este ensayo con tintes de novela autobiográfica un potente alegato contra esa necesidad de trabajar que se ha convertido para mucha gente en el único eje de sus vidas. Lo hace, además, vinculando sus reflexiones teóricas, sustentadas en una amplia y variada bibliografía sobre el tema del abandono del empleo y otros aledaños, con una experiencia personal muy concreta que estructura el libro mediante un relato de su año en Gozo. 

Y es que el Gozo del título, además del sustantivo común que hace referencia al hedonismo que parecen buscar aquellos que abandonan el trabajo, es también el topónimo de la isla de Malta en la que la autora pasó una temporada. En plena crisis económica de 2010, este libro se une a la amplia e interesante bibliografía literaria sobre esta coyuntura, Alonso y su pareja deciden trasladarse a un desconocido territorio en el centro del Mediterráneo. Con una extensión de unos 67 km2, algo inferior a la de Formentera, por ejemplo, Gozo es un enclave que vive de los turistas que recalan allí para pasar un día o, como mucho, una semana, desde la isla principal del país. Los protagonistas realizan con su mudanza la primera transgresión de una serie de ellas: se convierten en habitantes de un lugar en el que normalmente solo habitan los nacidos allí. La segunda y principal ruptura de expectativas (con respecto a las de sus vecinos pero también a las de familiares y amigos) es que más allá de un curso de inglés que recibe durante las primeras semanas, la protagonista se dedica al dolce far niente, aunque con la precariedad que unos menguantes ahorros le permiten.  

A raíz de esta situación, poco habitual en una sociedad regido por el utilitarismo de sus acciones, la autora reflexiona con inteligencia sobre hasta qué punto se puede escapar del trabajo. A parte de este tema central, aborda también asuntos relacionados con la inacción; por ejemplo, cuestiona las supuestas bondades del turismo, que se muestra aquí como un engranaje más de la sociedad capitalista para tener contento a sus trabajadores. Para ejemplificar las contradicciones de esta industria, relata el caso de Ruth, una habitante de Gozo que ha viajado a numerosos países pero que no había vuelto desde su niñez al punto más emblemático y fotografiado de su pequeña isla. Aboga también por la necesidad del ocio y de la pereza y recuerda con nostalgia los largos veranos de su infancia en los que había tiempo suficiente para una sensación de la que el adulto contemporáneo parece huir: el aburrimiento. 

A partir de las situaciones peculiares que vive en Gozo, donde poco a poco va integrándose en la pequeña sociedad local aunque no consiga entender la compleja lengua autóctona, Alonso construye un estupendo libro en el que confluyen elementos de la novela, las memorias y el ensayo. 


lunes, 19 de junio de 2023

Maddie y las fronteras - Edurne Portela

 Maddie y las fronteras, Edurne Portela, Galaxia Gutenberg, 2023, 248 págs, 18,50€.


Propone el género de la biografía lo que podemos considerar una premisa imposible: resumir en unas cuantas páginas toda la vida de una persona. Hasta las existencias más breves y, aparentemente, anodinas se pueblan de recovecos difíciles de recorrer en su totalidad en un solo libro. Estamos acostumbrados a que las grandes biografías de personajes históricos alcancen extensiones de varios centenares de páginas, cuando no se acercan al millar. El biógrafo trata de recopilar el mayor número de detalles posibles de la vida del biografiado para que el lector pueda hacerse una idea aproximada, incompleta pero veraz, de lo que significó su existencia. Este carácter de obra necesariamente parcial que tienen todas las biografías convenció a la escritora Edurne Portela de que la novela era el género más adecuado para reconstruir la vida de María Josefa Sansberro.

Tal y como explica en el extenso y crucial epílogo de Maddie y las fronteras, la autora conoció a través de dos investigadores de Oiartzun la historia de una mujer que llevó una vida repleta de desventuras en el País Vasco francés de la primera mitad del siglo XX. Además de ser testigo, y a veces protagonista, de algunos de los hechos históricos más destacados de las primeras décadas de la centuria, María Josefa, Maddi (pronunciado “Mayi”) tal y como se la conocía, tuvo una personalidad poco habitual entre las mujeres de su época. Ante la escasez de los datos históricos sobre ella que con tesón y mucho trabajo recopilaron los dos investigadores locales, Izarraitz Villaluce y Joxemari Mitxelena, Portela optó por la novela antes de por la biografía. Según explica en el prólogo, la ficción le permitía otorgar a su historia una mayor profundidad y viveza y aunque los detalles o diálogos del libro hayan sido creados siguiendo motivaciones literarias, los principales hechos se ajustan a lo ocurrido en la realidad.

La escritora vasca opta, además, por un tipo de focalización muy peculiar y arriesgada, que justifica en el epílogo, y que nos lleva a conocer la historia de Maddi en primera persona, contada por ella misma, y en presente. Este último recurso a veces ralentiza la narración, ya que obliga a la narradora a contar la acción mientras que está siendo testigo de ella, pero también posee un gran valor: nos permite identificarnos con la protagonista de manera mucho más eficaz que con otro tipo de focalización. Además, la escritora emplea en algunos momentos otras dos técnicas muy útiles para la historia: la segunda persona (con la que Maddi se dirige a Dios o a San Ignacio) o el flujo de conciencia (con el que se recogen de manera directa y desordenada los pensamientos de la protagonista en episodios marcados por la tensión).

Pero si relevantes para determinar la calidad de la novela son las elecciones técnicas de la autora, definitiva es la creación del personaje de ficción de Maddi a partir de la persona real de la que tan pocos datos han conseguido rescatar del olvido los investigadores de Oiartzun. Estamos ante una mujer fuerte, con una personalidad determinada por una vida repleta de dificultades que, sin embargo, no la han llevado a moverse un ápice de sus convicciones e ideales. Así, por ejemplo, a pesar de que se le prohíbe recibir la comunión por ser una mujer divorciada, Maddie no duda en acudir al cura durante la misa en la iglesia del pueblo para que sea él el que se niegue a darle el cuerpo de Cristo a una persona tan religiosa como ella. Estamos, por lo tanto, ante una mujer normal y corriente, no esperen aquí narraciones de aventuras extraordinarias, pero que pasó toda su vida traspasando algunos de las barreras que se le imponían. La lucha de Maddi contra varios de estos impedimentos se convierte en el eje principal de la novela.  

El primer límite que marca la existencia de la protagonista es de carácter geográfico: la frontera. Tras nacer en Oiartzun, Maddi pasa pronto a Francia y vive casi toda su vida en Iparralde, el País Vasco francés. Tras un matrimonio fallido y varios empleos precarios, consigue convertirse en la directora, en realidad, en prácticamente su única trabajadora, de un pequeño hotel rural que ha comprado su amigo Louis. La privilegiada situación de este establecimiento, situado cerca de la montaña que separa Francia de España, permiten que Maddie se convierta en parte de un grupo de contrabandista, a los que da apoyo, esconde y a los que, en ocasiones, se une. El trasiego entre ambos lados de la frontera que en principio tiene una motivación económica, completar los magros beneficios del hotel, deviene en una red de asistencia a disidentes políticos y refugiados cuando las consecuencias de la Guerra Civil y de la Segunda Guerra Mundial llegan hasta este rincón de los Pirineos.

El segundo tipo de límite que traspasa Maddie es simbólico, ya que está dibujado por las convenciones sociales. Su carácter fuerte y decidido, su independencia y la peculiar relación que establece con Louis, una sólida amistad que acaba convirtiéndose en un matrimonio de conveniencia, se convierten en el combustible ideal para avivar las habladurías del pueblo. Si a la ecuación se le suma un niño de origen incierto y el divorcio de Maddie de su primer marido, estamos ante uno de esos habituales episodios de marginación que sufren muchas mujeres en los pueblos por no seguir las convenciones, por ser diferentes. Sin embargo, ni esta ni otras muchas dificultades que sufre la protagonista a lo largo la novela consiguen mellar su fuerza y determinación.

Maddie y las fronteras es un libro cuya mayor virtud es conseguir rescatar del olvido a una mujer valiente y fuerte que supo romper muchas de las barreras que su época le imponía. Además, nos muestra situaciones terribles sufridas por personas cuyo único delito fue el de la valentía y que jamás deben caer en el olvido. Portela consigue, en definitiva, una novela vibrante mediante la creación de un personaje de ficción magnético que recorre los mismos y difíciles caminos que la auténtica Maddie tuvo que recorrer.


Reseña publicada en La Verdad.