martes, 22 de septiembre de 2015

Signor Hoffman - Eduardo Halfon



Signor Hoffman, Eduardo Halfon, Libros del Asteroide, 2015, 144 págs., 13€.

Pertenece el escritor Eduardo Halfon a una doble minoría dentro de la literatura escrita en español. Por un lado, su nacionalidad guatemalteca lo sitúa en una posición de inferioridad con respecto a sus colegas de países con mayor peso demográfico y editorial. Por otro, el hecho de ser judío también resulta llamativo, al menos desde el punto de vista español, por la escasez de escritores de este origen que viven en nuestro país. Halfon opta por usar esta doble excepcionalidad dentro del canon literario en español como punto de partida para Signor Hoffman.
El país natal de Halfon es el escenario de la mitad de las seis historias que componen la obra, que se mueven entre el testimonio y la autoficción. En los tres textos ubicados en el país centroamericano, el narrador viaja a otros tantos lugares de su nación. Comparten estas tres localidades su carácter provinciano, lejos de la capital, y humilde, aunque el objetivo de cada uno de los tres periplos es muy diferente. En el primero de ellos, Halfon busca la costa del Pacífico para pasar un día en la playa y descubre una escena entre pintoresca y cruda que no lo deja indiferente. En “Han vuelto las aves” la finalidad del viaje se cumple en el propio texto: dar a conocer la exitosa experiencia de una pequeña cooperativa cafetera del interior del país. El último relato del tríptico guatemalteco nos presenta al autor varado, por problemas burocráticos y mecánicos, en la frontera con Belice, adonde debía dirigirse para dar una conferencia.
Halfon se siente en cada uno de estos lugares como un extranjero dentro de su propia patria. El origen hebreo de su familia y el hecho de vivir fuera de Guatemala hacen que en estos pueblos no lo reconozcan como un compatriota, provocando en el autor un conflicto identitario que también aparece en los dos textos que giran en torno a su condición de judío. Retoma la difícil relación con sus raíces y sus ancestros que ya aparecía en su anterior libro: Monasterio. Si en aquel libro Halfon visita Israel para asistir a la boda de su hermana, en “Signor Hoffman” viaja hasta Italia para dar una charla en un antiguo campo de concentración. La equivocación del presentador con su apellido, de Halfon a Hoffman, queda como una anécdota frente al retrato cáustico del centro, reconstrucción del original, y de su director. Mucho mayor calado personal posee el viaje a Lodz, ciudad polaca en la que vivió su abuelo antes del Holocausto, narrado en “Oh gueto mi amor”. Recorre, acompañado de una singular dama polaca, las calles en las que creció el padre de su madre sin saber muy bien qué está buscando.
El viaje, a la Polonia de sus antepasados, a Italia, a los pueblos guatemaltecos, es un tema central en el libro y también aparece en el otro texto: “Sobrevivir los domingos”.  En él narra la historia de una mujer neoyorquina que ofrece un concierto gratuito de jazz en su apartamento todas las semanas como homenaje a su hijo muerto. El hecho de que el texto termine justo cuando el narrador está llegando al piso donde se celebra el concierto representa bastante bien ese carácter fragmentario, como de narración oral, que tienen los personalísimos y siempre interesantes libros de Halfon.

Reseña publicada en El Noroeste:





martes, 8 de septiembre de 2015

Una mariposa en la máquina de escribir - Cory MacLauchlin



Una mariposa en la máquina de escribir. Cory MacLauchlin, Anagrama, 2015, 361 págs.,  24€.


El destino de muchas obras literarias va irremediablemente unido al de sus autores. Aunque 2666 es una obra magna, el hecho de que apareciera un año después de la muerte de su creador, Roberto Bolaño, ha atraído a muchos lectores y, seguramente, ha aumentado su éxito.  A algunos lectores les fascinan las historias de escritores malditos y se acercan a sus libros con cierto morbo, para intentar encontrar en ellos rastros de las atribuladas vidas de sus autores. Sin embargo, ninguna historia personal, por muy truculenta que sea, sostiene el éxito de una obra mediocre y sólo aquellas que posean méritos intrínsecos pueden perdurar en el tiempo. Un caso paradigmático de ello lo tenemos con La conjura de los necios, la magnífica novela del norteamericano John Kennedy Toole. A la vida de este narrador, nacido en Nueva Orleans y paradigma del autor que sólo encuentra el éxito tras su muerte, está dedicado este libro de Cory MacLauchlin.
            La mayoría de los que hemos disfrutado de las desventuras de Ignatius J. Relly, el excesivo y anacrónico protagonista de esa cumbre de la sátira que es La conjura de los necios, conocíamos el tortuoso camino que esta novela tuvo que sufrir para lograr el éxito. Rechazada por un importante editor neoyorquino y abandonada por Toole hasta su suicidio, sólo pudo ver la luz gracias al empeño de la madre del autor que batalló durante más de una década hasta que el libro por fin se publicó, convirtiéndose en un éxito crítico y comercial. Esta historia parece poseer todos los ingredientes de una fábula: el artista rechazado por la industria cultural, su posterior suicidio, la lucha incansable de la abnegada madre, el triunfo del libro y el reconocimiento póstumo del autor.
            Sin embargo esta historia de buenos y malos, conocida por el público gracias a los testimonios de la madre de Toole, tiene sus matices. MacLauchlin realiza una investigación seria y documentada para mostrarnos la verdad sobre el autor y el libro. Gracias a cartas, textos de distinta índole y testimonios de amigos y familiares de Toole, se matiza la “versión oficial” de su vida. Por ejemplo, se reconoce que la madre fue un personaje clave para la publicación del libro, pero también se la presenta como una figura egocéntrica que buscaba su propia fama tanto como el reconocimiento a su hijo. Gracias a las cartas que se reproducen, se acaba con la imagen de ogro del editor neoyorquino que rechazó la obra, demostrando que reconoció la valía del libro e intentó mejorarlo. Como buen historiador, MacLauchlin huye de las elucubraciones morbosas sobre las razones del suicidio, como su supuesta homosexualidad, y nos presenta la importancia de la enfermedad mental en el trágico desenlace.

Opta MacLauchlin, como suele suceder en estos casos, por repasar de manera cronológica la vida de Toole, pero también del libro, ya que la creación y el desarrollo de La conjura de los necios es tan importante para el autor como la biografía del narrador de Nueva Orleans. Nos interesa Toole porque nos encanta su libro y eso es lo que encontrará el lector en Una mariposa en la máquina de escribir: las claves para entender mejor una novela maravillosa escrita por una persona brillante, pero cuya vida sufrió un trágico y prematuro final.

Reseña publicada en El Noroeste: