jueves, 29 de agosto de 2024

Tarántula - Eduardo Halfon

Aprender del miedo. Sobre 'Tarántula' de Eduardo Halfon



De todos los autores contemporáneos que escriben en castellano seguramente sea Eduardo Halfon uno de los que poseen un mundo literario más reconocible. Su tendencia a mezclar ficción y biografía marca, como ocurre con cualquier escritor que lo haga, que sus historias estén íntimamente ligadas a su biografía. Y es esta la que distingue significativamente a Halfon del resto de sus coetáneos. En primer lugar por su judaísmo, que no es muy habitual en nuestro ámbito lingüístico, especialmente si, como es su caso, se nace en una en un país como Guatemala, donde esta religión es minoritaria. Además, su mezcla de orígenes y los continuos cambios de lugar de residencia durante su vida son elementos esenciales en su literatura. Pero es, como vuelve a dejar claro con ‘Tarántula’, su personal manera de narrar lo que lo convierte en un autor único y tan valorado dentro de la literatura hispánica. 


Porque este breve libro vuelve a ofrecernos a los lectores que somos adictos a las obras del guatemalteco una nueva dosis de esas narraciones que, como si fueran caminos en el bosque, se bifurcan, desaparecen y vuelven a aparecer. ‘Tarántula’, como otros volúmenes de Halfon como por ejemplo ‘Canción’ (2021), posee una trama central que, sin embargo, ocupa solo una parte de las ciento ochenta páginas del libro. El resto está compuesto por pequeñas viñetas de la propia biografía del protagonista que a veces completan la historia principal pero que en otras ocasiones solo parecen relacionarse con aquella de manera tangencial. Además, el narrador guatemalteco distribuye con habilidad la tensión en la narración de las distintas tramas (o épocas de la trama principal) y suele dejar en suspenso un momento culminante de la historia hasta un capítulo posterior. A esta maestría en la organización del relato debemos añadir habituales virtudes en la narrativa de Halfon como el uso sutil del humor, la autoparodia y una prosa fluida con elementos poéticos bien dosificados. 


Otro de los aspectos habituales en esta serie de libros de Eduardo Halfon, que con ‘Tarántula’ suma ya media docena de volúmenes, es la confusión entre el autor y el protagonista del libro. En un recurso cercano a la autoficción, estas obras están narradas por un personaje que posee muchos elementos en común con el escritor guatemalteco, comenzando por su propio origen, su nombre y su profesión. Sin embargo, y como el propio Halfon ha argumentado en algunas entrevistas, debemos evitar confundir autor y personaje y no subestimar la importancia de la ficción en estas obras. A pesar de ello, el narrador de ‘Tarántula’ vuelve, como ocurría en las entregas anteriores de esta serie, a enfrentarse a los dilemas identitarios habituales en el autor guatemalteco. Entre ellos destaca, por encima de todo, su pertenencia al judaísmo. 


Si en otros libros esta cuestión se vinculaba con su relación con sus antepasados, ‘El boxeador polaco’ (2008), o con su descendencia, ‘Un hijo cualquiera’ (2022), aquí, aunque ambos están presentes, creo que Halfon ofrece una perspectiva más comunitaria de su judaísmo. El autor guatemalteco aborda un tema fundamental para los hijos o nietos de supervivientes del Holocausto: hasta qué punto son capaces de comprender lo que sufrieron sus progenitores. La trama principal se centra en un campamento al que un Eduardo preadolescente acude en mitad de la selva guatemalteca y que está dirigido exclusivamente a niños judíos. Lo que al principio parece una actividad igual a la que tantos otros jóvenes realizan cada verano, pronto se convierte en un violento simulacro de un campo de concentración nazi. El objetivo del monitor, el inquietante Samuel, es que los niños judíos aprendan la historia de su pueblo de la única forma que cree que es posible: sintiendo el mismo miedo que sus padres o abuelos sintieron en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. 


Aborda Halfon también un tema espinoso que ha dividido, y divide, a las personas de este origen en todo el mundo: ¿deben los judíos educarse en la violencia para estar listos para repeler posibles ataques antisemitas? Samuel representa la respuesta afirmativa y años después del polémico campamento se alistará en una organización secreta judía, Bitajón, dedicada a proteger a su pueblo en todo el mundo. Además, la pistola que lleva durante el campamento y que tanto miedo provoca en los niños, una Luger alemana en un guiño histórico nada casual, se convierte en un símbolo de su manera de entender el judaísmo. Frente a él, el narrador, como ocurre en toda la serie, tiene una relación mucho menos militante con respecto a su religión y se debate entre alejarse de ella y aceptar que siempre formará parte de su vida. 


Como ya señalé, el relato de la historia central de ‘Tarántula’, ubicado en 1984 y marcado por las dudas sobre la veracidad de los recuerdos del narrador, se va mezclando con fragmentos de la infancia del protagonista, en Guatemala y Estados Unidos y, especialmente, con el presente. Aquí, el narrador es ya el escritor en el que Eduardo Halfon se ha convertido y reside en Berlín, ciudad de terribles resonancias para cualquier judío, con una beca de escritura. En una visita a París para dar una conferencia se reencontrará con Regina, una de las niñas judías que asistió al campamento en Guatemala en 1984, convertida ahora en una abogada. Gracias a ella, Eduardo se reencontrará en Berlín con el enigmático Samuel, al que finalmente acabará interrogando, en una noche donde ambos confrontarán sus diferentes perspectivas sobre el judaísmo, acerca del siniestro campamento para niños judíos que organizó y que dejó en el narrador una huella indeleble. 


‘Tarántula’ es una nueva pieza de este mosaico que mediante sus libros Eduardo Halfon está construyendo sobre su vida, sus orígenes y sobre las razones de por qué lleva, como reconoce el narrador en la página 66, “toda una vida huyendo de mi casa”.


Reseña publicada en La Verdad