lunes, 13 de diciembre de 2021

Los extraños - Jon Bilbao

 


Los extraños, Jon Bilbao, Impedimenta, 2021, 133 págs., 15€.

 

Que al comienzo de una novela los protagonistas sean testigos de la aparición de varios ovnis en el cielo, parece determinar bastante el horizonte de expectativas del lector. Todos pensaremos que estamos ante una obra de marcado carácter fantástico que versará sobre este fenómeno paranormal, sus explicaciones y su posible repetición. Sin embargo, Jon Bilbao emplea este suceso como lo que en el cine se llama “macgufin”, es decir, un hecho que sirve para que la trama avance pero que no tiene una importancia decisiva. De hecho, los ovnis sólo poseerán una relevancia secundaria en una historia mucho más realista de lo que en un principio podría parecer.

Y es que “los extraños” a los que el título hace referencia no son tanto los supuestos extraterrestres de las naves lumínicas que han surcado el cielo, sino Markel y Virginia, dos invitados inesperados que llegan a la casa familiar de Jon. Este es un escritor que sobrevive redactando textos técnicos y que ha ocupado la vivienda de sus padres aprovechando que ellos pasan los inviernos en Canarias. Le acompaña su pareja, Katharina, una alemana que trabaja como traductora mientras encuentra empleo en una productora audiovisual. Como vemos, las referencias a la biografía del autor (un escritor, nacido en Ribadesella, con formación como ingeniero) son bastantes claras y se configuran ya en una marca de su narrativa. De hecho, la casa donde se desarrolla la acción y que está situada en la localidad natal de Jon Bilbao ya aparecía en su anterior novela: Basilisco (2020).

La pareja vive una relación donde la tensión provocada por varios factores como la inapetencia sexual, el deseo de él de escribir ficción o de ella de volver a Alemania, amenazan con derivar en una crisis. En ese momento aparecen dos extraños que resultan ser Markel, un primo segundo afincado en Chile y del que apenas tiene recuerdos, y Virginia, una enigmática y fría mujer cuya relación con Markel bascula entre lo personal (como pareja) y lo profesional (su asistente). El hombre les cuenta a Katharina y Jon que están recorriendo Europa y que quería visitar la casa que su abuelo, hermano del de Jon, construyó en Ribadesella.

Los recién llegados se instalan en la casa, que queda repartida gracias a su peculiar estructura, con varias alturas y entradas para adaptarse a la ladera donde se encuentra, entre ambas parejas. Se establece entonces entre ellos una relación ambigua que va desde la complicidad de algunas cenas, la atracción sexual, los recelos y las discusiones. Es en este singular rompecabezas entre los problemas de Jon y Katharina, la peculiar relación de Virginia y Markel, el intento por parte del escritor de recordar el verano compartido con su primo y los verdaderos motivos de los visitantes para instalarse allí, que los dueños de la casa irán descubriendo poco a poco, configuran desde mi perspectiva lo mejor del libro.

En el otro lado de la balanza, en una novela interesante en su conjunto, está la falta de desarrollo de algunos temas o la precipitación del final, determinados por la brevedad de una novela a la que le hubieran venido bien algunas páginas más. Sin embargo, Bilbao opta por una narración más bien elusiva en el que algunas respuestas quedan en el aire.


Reseña publicada en El Noroeste:



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