Cambiar de idea, Aixa de la Cruz, Caballo de Troya, 140 págs., 15€.
Las reivindicaciones feministas que se han intensificado en los últimos años tanto a nivel mundial, con el movimiento #MeToo por ejemplo, y nacional, como las protestas contra la sentencia del caso de La Manada, han influido en muchos campos de nuestra sociedad. La literatura, como es natural, no ha sido ajena a estas demandas tanto a nivel estructural, con el necesario cuestionamiento de la escasa presencia que la mujer ha tenido en el canon tradicionalmente, como puramente literario. Son varios los libros que se han publicado recientemente con esta temática desde diferentes ópticas que van desde la ficción, como El aliado de Iván Repila, libro al que luego volveremos, al testimonio, como este Cambiar de idea de Aixa de la Cruz.
En puridad, el feminismo se aborda de manera directa tan solo en la última de las secciones del libro, “Cambiar de idea”, que, además de darle nombre al conjunto, expone las circunstancias de su redacción. Tras casi treinta años en los que la autora había huido de etiquetas como la de “mujer” o “feminista”, el caso de la brutal agresión de cinco hombres a una chica en Pamplona, conocido como “La Manada”, supone una especie de epifanía para de la Cruz que se da cuenta de la necesidad de unirse a esa lucha que hasta entonces no había sentido como suya. Como primer paso decide, como escritora que es, elaborar un libro sobre su experiencia como mujer en una sociedad donde en ocasiones no es fácil serlo y revisitar aquellos episodios que ahora adquieren una resignificación.
El contexto de redacción de Cambiar de idea también es importante, como lo suele ser en todos los libros autobiográficos como este. De la Cruz acaba de leer su tesis doctoral y se encuentra ante ese vacío que se siente cuando acaba un proyecto al que le has dedicado tanto tiempo. Además, su pareja, el también escritor Iván Repila, comienza a redactar a la vez que ella, “espalda contra espalda”, su nuevo libro, El aliado, en el que el feminismo también tendrá mucha importancia.
Cambiar de idea es hijo de su tiempo, de un momento en el que muchas mujeres se han cuestionado no sólo la situación de su sexo en la sociedad, sino su actitud hacia el feminismo. Quizás se le pueda reprochar a de la Cruz cierta precipitación a la hora de publicar un libro autobiográfico cuando apenas tiene treinta años. Además, la idea defendida en la última sección posee una débil relación con lo desarrollado en los capítulos anteriores. Sin embargo, se debe reconocer la tremenda honestidad de la autora, que no duda en describir actuaciones de su pasado de las que, a menudo, no sale bien parada.
Durante los cinco primeros capítulos del libro, Aixa de la Cruz repasa algunos de los episodios más significativos de su vida desde una perspectiva nada autocomplaciente. Se cuestiona actuaciones del pasado como las relaciones con las mujeres en una etapa de su vida o la tardía respuesta a una amiga que ha sufrido un accidente. También narra episodios en los que ella fue la víctima de comportamientos machistas, con su exmarido o con un ligue de una noche, y su difícil relación con su padre biológico, al que apenas conoció. Lo hace siempre sin pelos en la lengua con una prosa directa que recuerda en ocasiones el estilo de algunos de los libros más personales de Marta Sanz.
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