martes, 6 de octubre de 2015

Los afectos - Rodrigo Hasbún


Los afectos, Rodrigo Hasbún, Random House, 2015, 140 págs., 15€.

Algunas historias reales poseen todos los elementos que asociamos a las buenas ficciones. Personajes interesantes, giros inesperados, relaciones difíciles… Existe una larga tradición de escritores que han aprovechado biografías singulares para, con mínimos cambios, crear una novela en torno a ellas. En estos casos no nos encontramos ante biografías, sino ante obras literarias que tienen como base la realidad en un alto porcentaje pero que introducen  elementos que no hallábamos en la vida real. Un ejemplo actual de este tipo de novelas es Los afectos del boliviano Rodrigro Hasbún.
Parte este joven narrador sudamericano de la historia de la familia Ertl. Desconozco si existen obras previas que hayan ficcionalizado este estupendo material narrativo que son las andanzas de estos cinco alemanes que emigraron  a Bolivia a mediados del siglo XX, pero no me resultaría extraño por tratarse de una historia muy peculiar. Tras la Segunda Guerra Mundial, el patriarca de los Ertl, eminente fotógrafo y aventurero, se estableció en La Paz junto a su mujer y sus tres hijas. Tras varias exploraciones arqueológicas por la selva, en las que lo acompañaron sus dos hijas mayores, se retiró a una finca del Este del país. La mayor de sus hijas, Monika, tuvo, en las décadas de los sesenta y de los setenta, un papel fundamental en la Historia de Bolivia.
Esta insólita historia, un importante fotógrafo de la Alemania nazi que acaba con su familia en Bolivia, es el material con el que Rodrigo Hasbún teje una trama en cuyo centro se encuentran las relaciones familiares de los Ertl. Es cierto que las exploraciones o la militancia política también adquieren en fases distintas de la obra un gran peso, pero, al final, Los afectos, nos presenta un retrato de los claroscuros de una familia. Tanto los padres como las tres hijas se nos presentan como personajes aislados, cuya relación con sus familiares fluctúa entre el compañerismo y el desapego, entre el cariño y el olvido.
Para mostrarnos estos afectos y desafectos que, a lo largo de varias décadas, se suceden entre los Ertl, opta Hasbún por una narración fragmentada que no sigue siempre el orden cronológico y que cuenta con varios narradores. Así, prácticamente cada capítulo nos muestra los hechos y, sobre todo, los sentimientos que afloran entre los miembros de la familia y algunas personas cercanas a ella desde la perspectiva de uno de ellos. Mientras que los padres aparecen retratados siempre con cierta distancia, las hijas son las que adquieren el mayor protagonismo de la novela. La mayor, Monika, es la que posee una biografía más atractiva, por lo que Hasbún opta por concederle un mayor peso en la obra; Heidi, la segunda de ellas, comienza mostrando su difícil relación con Monika y cierto complejo de Electra, pero acaba exiliándose de Bolivia y de la propia familia; Trixi, la menor, aparece primero como el apoyo de su madre, el personaje más triste de la novela, y, finalmente, como una especie de notario que describe la vida de sus hermanas mientras lleva un vida anodina.

Aunque al final echemos de menos un mayor desarrollo de algunos temas, el libro es muy breve, se trata de una interesante novela que nos muestra una familia singular, pero con los mismos problemas que afectan a todas las demás.

Reseña publicada en El Noroeste:



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