lunes, 1 de diciembre de 2014

Los maletines - Juan Carlos Méndez Guédez



Los maletines, Juan Carlos Méndez Guédez, Siruela, 2014, 386 págs., 20€.

Donizetti tiene una esposa, una amante, una exmujer y el nombre del compositor equivocado. También tiene dos niños que mantener y un sueldo exiguo en la agencia de noticias del gobierno venezolano en la que trabaja. Y aunque Donizetti no es un valiente, la necesidad le hace aceptar una misteriosa misión que sus superiores le proponen y que consiste en llevar unos maletines a distintas ciudades de Europa a cambio de una importante cantidad de dinero.
Este es el punto de partida de la excelente novela de Juan Carlos Méndez Guédez titulada Los maletines y que nos cuenta lo que puede llegar a hacer una persona más bien gris como Donizetti cuando se ve abocada al abismo. Poco a poco el protagonista de la obra va descubriendo que los maletines forman parte de una compleja trama que mezcla espionaje, política y mucho dinero y cuyas ramificaciones ponen en peligro la vida de Donizetti y de su familia. En su huída hacia delante, el gris funcionario que decide tornar su mala suerte en fortuna estará acompañado por Manuel, un antiguo compañero de instituto con el que se reencuentra en el momento adecuado.
Frente al narrador omnisciente de la mayoría de los capítulos, otros están narrados en primera persona por Manuel, que aporta una visión personal de los hechos en los que él y su viejo colega de estudios se ven envueltos. Es éste un personaje con gran profundidad y matices; Manuel es un antiguo locutor de radio que intenta olvidar a su pareja, un hombre casado, y que muestra devoción hacia los espíritus y hacia los boxeadores. Su odio hacia el gobierno, que cerró la emisora en la que trabajaba, será el combustible perfecto para acompañar a Donizetti  en un plan para robar uno de los maletines esquivando para ello a peligrosos militares de diversas facciones.
Ambos personajes se mueven en una Caracas marcada por la violencia y la corrupción. Los tiroteos nocturnos, los secuestros exprés y los asesinatos indiscriminados acompañan la vida de Manuel y Donizetti y les empujan a huir de esa violencia extrema que convierten a Venezuela en un lugar donde “lo sospechoso (…) es estar vivo” (pág. 320). Pero, a pesar de la abrumadora tensión y de la crueldad que se esconde tras cada esquina, en Los maletines se percibe si no un optimismo, cierta aceptación de esa brutalidad que subyuga a cada habitante. Manuel llega a decir con esperanza que en Caracas “la risa era indestructible” (pág. 294).
Otro tipo de violencia, mucho menos evidente pero igual de nociva para los ciudadanos, es la que provoca la corrupción dentro del gobierno venezolano. Méndez Guédez denuncia los trapicheos de los militares, el asesinato de jueces y la manipulación mediática, pero logra no caer nunca en el panfleto político, ya que no supedita esa crítica a la trama, sino que integran a estos personajes corruptos en la historia de Donizetti y Manuel. Además, Hugo Chávez, de quien se describe el inicio de su enfermedad, aparece como un personaje lejano y en cuya honestidad muchos aún confían, creyendo que no tolera la podredumbre de su gobierno, sino que la desconoce.
 Todas estas piezas (violencia, corrupción, dos personajes desesperados) encajan perfectamente en Los maletines y la convierten en una novela a la que se le pueden encontrar muy pocos defectos.

Reseña publicada en el diario El Noroeste

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