Wilt, Tom Sharpe, Anagrama, 256 págs., 1976, 10€.
Dicen que hacer reír es más difícil que hacer llorar. Si esta máxima se suele cumplir cuando se habla de teatro, cuando estamos ante una novela que pretende hacer que esbocemos una sonrisa la tarea parece aún más titánica. Sin embargo, Tom Sharpe lo consiguió (y sigue haciéndolo) con su novela Wilt.
Está obra, publicada hace casi cuatro décadas, es la primera de la serie que este narrador británico dedicó a un personaje llamado Henry Wilt. Esta es la gran creación de la novela y sobre el que recaen la mayoría de los momentos humorísticos.
Wilt es un profesor de mediana edad que se ha convertido en un perdedor tanto en el mundo laboral como en el personal. Pasa los días entre el aburrimiento que le provocan sus abúlicos alumnos y su peculiar esposa. Harto de todo, decide ensayar el asesinato de su mujer con una muñeca hinchable, dando lugar a una serie de descacharrantes equívocos que sacudirán su rutinaria existencia.
A partir de ahí se suceden los momentos cómicos en los que no faltan las ácidas críticas a la sociedad inglesa de la época, especialmente a la familia, la educación y a las relaciones sexuales. Paradójicamente, Wilt alcanzará finalmente la dignidad cuando asume lo que le ocurre y acepta con estoicismo los reveses.
Una divertida y satírica novela con humor que sigue vigente 38 años después de su publicación.
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