martes, 26 de diciembre de 2017

Escuchar Irán - Patricia Almárcegui


Escuchar Irán, Patricia Almárcegui, Newcastle Ediciones, 2016, 140 págs., 6€.
 El conocimiento que, desde España, poseemos de Irán está basado en tópicos. Tópicos asociados a su ubicación geográfica, entre dos países tan marcados por conflictos recientes como son Irak y Afganistán, o a su religión mayoritaria, el Islam. Afortunadamente, la percepción general de Irán desde Occidente ha mejorado en los últimos años y ya aparece representado como un posible socio comercial. Para el lector interesado en desterrar esos prejuicios que aún subyacen en la opinión pública de nuestro país y conocer mejor al estado persa es recomendable la lectura de este Escuchar Irán de Patricia Almarcegui.
Lo primero que llama la atención, incluso antes de comenzar a leer volumen, es el perfil de su autora. Echando un vistazo a su trayectoria profesional observamos que su conocimiento de Irán y de otros países de la zona es profundo. Almarcegui colabora en varios medios de comunicación con artículos sobre la cultura y la política de la zona y es la autora de otro libro de inminente aparición que lleva el sugerente título de Una viajera por Asia Central. Además, su perfil de investigadora la ha llevado a publicar varios ensayos sobre la literatura de viaje. En Escuchar Irán se aprecia esta doble especialización y son frecuentes tanto las referencias a la Historia de Persia como a los principales teóricos sobre la narrativa viajera.
A pesar de que esta vertiente ensayística aparece a lo largo de toda la obra, el libro no es una obra fría que analiza de manera meramente teórica la realidad del país; Escuchar Irán es, ante todo, la narración del viaje que Almarcegui realizó durante varias semanas a Irán en el verano de 2005. Este periplo por varias de las ciudades más turísticas del país tuvo dos características que determinan la naturaleza del libro. La primera es la distancia temporal, una década, entre el viaje y la publicación de la obra; la segunda es el hecho de que la autora realizara gran parte del itinerario en solitario.
Viajar sin compañía no es un hecho que llame la atención en Europa; pero el  que una mujer occidental recorra a solas un país islámico como Irán provoca situaciones de distinto cariz que Almarcegui refleja en el libro. Algunos de los iraníes con los que se encuentra le expresan la perplejidad que les provoca el tipo de viaje que está realizando. En algunas ocasiones, cree que algunos hombres la siguen por la calle, sensación que comparte con las mujeres autóctonas con las que charla. Esta cercanía con las chicas que se le acercan en cualquier ciudad para hablar con ella es el lado positivo de viajar sola. Estas conversaciones y la experiencia propia dan a varios pasajes del libro un carácter feminista que busca romper con muchos tópicos asociados a la mujer tanto en Oriente como en Occidente.
Los diez años que han pasado desde el viaje permiten a la autora ofrecer una perspectiva más amplia de lo que significó para ella. Enriquece las reflexiones del presente con fragmentos del diario que llevó durante su periplo y que nos muestran las sensaciones más personales de la experiencia vivida. Consigue Almarcegui, en su relato desprejuiciado aunque nada edulcorado de la realidad iraní, prender en el lector el deseo de conocer mejor el país. 

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