domingo, 28 de mayo de 2023

El año del desierto - Pedro Mairal



El año del desierto, Pedro Mairal, Libros del Asteroide, 2023 (2005), 365 págs., 21€.

 

Tras el éxito de La uruguaya (2016), novela que encumbró a Pedro Mairal y cuya adaptación cinematográfica pronto se estrenará, la editorial Libros del Asteroide continúa con las reediciones de las novelas del autor argentino. Después de publicar en España Una noche con Sabrina Love (1998) y Salvatierra (2008), el sello barcelonés nos trae El año del desierto, dieciocho años después de que apareciera en el país natal del autor. Si bien esta obra mantiene el cronotopo de las anteriores, la Argentina (o el Uruguay) contemporáneo, ofrece un gran giro con respecto a las demás determinada por el carácter distópico de la obra.

Y es que desde el principio nos encontramos con un Buenos Aires muy parecido al real en 2005 pero que está sufriendo dos ataques simultáneos que determinarán que estemos ante un plano temporal alternativo al real. El primero es una insurrección de la población del resto del país que se enfrentan a los de la capital en una especie de guerra civil que convierte a Buenos Aires en una ciudad sitiada. El otro ataque posee un carácter más difuso y paranormal, ya que bajo el nombre de “la intemperie” se define un fenómeno que acaba con los edificios convirtiendo las manzanas en baldíos. Simultáneamente al avance de la “intemperie”, que va poco a poco acercándose al centro de la capital desde los barrios del extrarradio, se ha producido una especie de regresión tecnológica, provocada por el hecho de que los ordenadores primero, los móviles después y la televisión finalmente dejen de funcionar.

A este incierto contexto se debe enfrentar María, la protagonista y narradora del libro, una joven secretaria veinteañera que ve cómo su mundo se derrumba (a veces, literalmente). Así, sufre en poco tiempo una mudanza con su padre, la expulsión de su trabajo en una torre de oficinas y la pérdida de contacto con su novio, Alejandro, que se ha unido a las facciones que se oponen a un gobierno cada vez más autoritario. Ante esta situación totalmente nueva e inesperada, la chica parece optar por el desconocimiento, ya que nunca termina de comprender el nuevo mundo en el que vive. En él María irá siendo víctima de durísimos golpes que se encadenan durante un libro que no da tregua ni a la protagonista, por sus continuos problemas, ni al lector, por una prosa de ritmo vertiginoso en el que los episodios se suceden quizá a veces cayendo en la monotonía.

En esta caída a los infiernos de María lo más interesante son los distintos escenarios que Pedro Mairal imagina y que se sitúan siempre en lo inconcebible pero sin entrar en lo imposible. Así, por ejemplo, al comienzo de la novela las distintas manzanas de la ciudad de Buenos Aires se convierten en repúblicas autónomas primero, con su propia organización interna, y en islas unidas con puentes y túneles después, cuando el miedo a salir a la calle, donde parece que campan a sus anchas los criminales, se acentúa. Más tarde será descrito el campo argentino, que parece haber retrocedido varios siglos y por donde pululan bandas de criminales y extrañas tribus.

Como toda novela distópica, El año del desierto puede tener una lectura social; en concreto, el libro de Mairal encuentra muchos (demasiados) ecos en la historia de Argentina (desapariciones, dictaduras militares, crisis económicas). 

Reseña publicada en El Noroeste. 



sábado, 27 de mayo de 2023

Martinete del rey sombra - Raúl Quinto


 

Martinete del rey sombra, Raúl Quinto, Jekyll & Jill, 2023, 176 págs, 17€.

    Dice un viejo adagio que la historia la escriben los vencedores. Las guerras, las conquistas o los choques entre pueblos o facciones se nos narran desde la perspectiva de aquel bando que consiguió imponer su fuerza y que acaba, también, imponiendo su relato. Esta ley es especialmente rígida cuando el lado derrotado o maltratado está formado por personas alejadas del acceso a la cultura o, incluso, a la alfabetización. Es lo que ha ocurrido en casi toda la historia de España con el pueblo gitano, etnia que secularmente ha ocupado un espacio marginal en la sociedad peninsular, lo que ha provocado que siempre hayan aparecido como sospechosos o, directamente, culpables de cualquier crimen.

La práctica ausencia de registros escritos propios sobre el pueblo gitano determina la finalidad pero también la configuración textual de ‘Martinete del rey sombra’. Raúl Quinto pretende sacar a la luz uno de los tantos episodios vergonzantes que ha sufrido este grupo: la Gran Redada de 1749. Sin embargo, la escasez de información provoca que los gitanos acaben siendo personajes secundarios de una obra protagonizada por los culpables de esta terrible persecución: Fernando VI y el marqués de la Ensenada.

Con un estilo lleno de metáforas y símiles, recordemos que Quinto posee una larga trayectoria como poeta, algo que queda patente en su prosa, el autor nos ofrece veintidós capítulos a modo de viñetas en las que se relatan, con numerosos saltos espaciales y temporales, algunos de los episodios más significativos pero también simbólicos de este intento de exterminio que llevó a cabo el ilustrado estado español del siglo XVIII. Entre ellas destaca la segunda, la que describe la noche del 30 de julio de 1749 en la que la Gran Redada dio comienzo. Son páginas muy líricas pero también de una gran dureza en la que el lector asiste a la violencia del asalto de los soldados a las casas de los gitanos y al desamparo de estos. Se trata de una noche que remite irremediablemente a la que sufrirían casi dos siglos después los judíos en Alemania, pero que emparenta también con el “Romance de la Guardia Civil española” de García Lorca.

A partir de ahí acompañamos la penitencia de un pueblo que no ha cometido otro delito que el de ser “el otro”. Las autoridades separan a los hombres de las mujeres y los niños pequeños, empleando a los primeros prácticamente como esclavos en los astilleros de Cádiz o Cartagena con el fin de actualizar la anticuada flota militar española. Por su parte, las mujeres y los bebés son aislados en distintos espacios en los que deben sobrevivir entre la miseria y la desorganización de los gobernantes, que nunca saben qué hacer con este pueblo indomable. Quinto espiga los pocos testimonios escritos sobre el pueblo gitano para reconstruir su nebuloso origen y su sufrimiento durante este intento de genocidio.

Mucho más documentados están los pormenores de la política española de la época y las biografías de los responsables de la Gran Redada, que fue ideada por el obispo Vázquez Tablada, organizada por el marqués de la Ensenada y sancionada por el rey Fernando VI. Son estos dos últimos los personajes principales del libro, que penetra con sagacidad en sus respectivas personalidades, tan diferentes como sus orígenes. Ensenada aparece como un político habilísimo, de cuna menos noble que la de sus competidores, pero con un don de gentes que lo convirtió en el hombre más poderoso del reino. Fernando VI es retratado, por el contrario, como un rey débil, acuciado por las intrigas palaciegas y que solo obtiene apoyo total en su esposa, cuya muerte acabará con su ya precaria estabilidad mental.

Al igual que el pueblo que la protagoniza, del que según se cuenta probablemente se mezcló con los moriscos en algún momento de la historia de España, ‘Martinete del rey sombra’ es mestizo, un híbrido entre varios géneros. El ya citado tono lírico que poseen muchos de los fragmentos atraviesa unas páginas que se mueven casi siempre entre lo factual y lo inventado, entre la historiografía y la novela. Quinto se ha documentado profusamente para reconstruir todas las piezas de esta historia, tal y como queda consignado en la nota final, donde cita las obras de varios historiadores que le han servido de apoyo bibliográfico. Es especialmente palpable esta veta ensayística del libro en los vericuetos de la alta política del siglo XVIII que se nos desgranan en varios de los episodios, pero también en el capítulo titulado “El largo pueblo de los caminos”. En él se nos narran las principales hipótesis, nunca confirmadas, sobre el origen del pueblo gitano; su posible germen en la expulsión que sufrieron en la lejana ciudad de Kannauj, situada en la India, y el nomadismo que desde entonces fue su sino parecen explicar su carácter errante. 

La naturaleza más ficcional del libro se observa en aquellos sucesos sobre los que existen menos datos o en los que se quiere mostrar una cercanía que la historiografía no suele ofrecer, como ocurre con algunos de los capítulos dedicados a Ensenada o Fernando VI. Especialmente palpable es esta tendencia en el relato de las vicisitudes sufridas por los gitanos durante los años que siguieron a la Gran Redada, donde se mezcla la poca información disponible con una reconstrucción novelada de los hechos. Un ejemplo de ello lo encontramos en el capítulo sobre la reclusión de las mujeres y los niños pequeños en la casa de misericordia de Zaragoza; allí asistimos a cómo las indomables gitanas se rebelan continuamente contra sus carceleros o intentan, a veces con éxito, huir de lo que no era otra cosa que un presidio.

‘Martinete del rey sombra’ es, en definitiva, un libro necesario, que con su pulso literario nos sumerge en un suceso casi desconocido y vergonzante de nuestro pasado. Raúl Quinto arroja luz sobre un intento de exterminio que ha ocupado demasiado tiempo las sombras de la historia de España. 

Reseña publicada en La Verdad:



miércoles, 17 de mayo de 2023

Cerbantes Park - Carlos Robles Lucena


 


Cerbantes Park, Carlos Robles Lucena, Navona, 2022, 280 págs., 19€.

    Los parques de atracciones suelen ser vistos con cierta superioridad, cuando no con verdadero desprecio, por los intelectuales. Las élites culturales, si tal sintagma mantiene hoy en día lógica y vigencia, los consideran burdos lugares de esparcimiento para la clase media creados por grandes compañías que buscan más que su entretenimiento su dinero. Incluso los parques temáticos, que parecen estar sostenidos por un entramado intelectual algo más sólido que los que simplemente son una mera acumulación de atracciones de feria, suelen vincularse a fenómenos de lo que un día fue considerado la “baja cultura”. Muchos de estos prejuicios sobre los parques de atracciones en sí y sobre las diferencias entre la “alta cultura” y el consumo de productos culturales aparecen en Cerbantes Park, la inteligentísima y mordaz novela de Carlos Robles Lucena.

            En ella el Comisario, uno de los dos protagonistas del libro, idea la construcción de un parque temático literario diferente, menos orientado al consumo que a conseguir que sus clientes (“lectores” en la terminología de la empresa) vivan una experiencia cultural inmersiva relacionada con algunas de las grandes obras de la literatura universal. Su obsesión por los parques de atracciones se remonta a su juventud, cuando consiguió una beca que le iba a permitir viajar por las ferias clásicas de Europa para después escribir un ensayo que reivindicara este tipo de espacios. Sin embargo, el proyecto encalló en la primera escala, Viena, donde visitó el famoso Prater pero donde también conoció a su futura mujer, la adinerada Almudena, de la mano de la cual entra en el lucrativo mundo del arte contemporáneo. Es solo años después, al volver a su localidad natal, una ciudad dormitorio trasunto de Tarrasa, cuando decide retomar su afición y ofrecer a la ciudad donde creció en una familia obrera un aliciente cultural y económico. Las contradicciones entre sus aspiraciones y sus ideales acabarán afectando a la propia naturaleza del proyecto.  

            El contrapunto al resuelto, exitoso y algo snob Comisario lo representa Jacob, un antiguo amigo del barrio de aquel que, al contrario que el otro protagonista, no ha conseguido triunfar y al que su experiencia como editor lo dejó en una situación económica de precariedad. Si el Comisario es el empresario cuyos contactos ponen en marcha Cerbantes Park, Jacob es el intelectual comprometido hasta el integrismo con la cultura que vela por la ortodoxia de un proyecto cuyo nombre ha de llevar incluso la grafía original del apellido del creador del Quijote. Entre ambos, y con la ayuda de un equipo multidisciplinar, crean en la riera de su ciudad natal un peculiar parque en el que los “lectores” pueden vivir en primera persona experiencias como la de degustar la casa de dulces de Hansel y Gretel, recibir en una playa artificial los ladridos del perro de Ulises o visitar el Nautilus. 

            Con estos mimbres, Robles Lucena crea una historia plagada de referencias literarias, donde la intertextualidad desborda el espacio del Cerbantes Park para rebosar las páginas del libro con la presencia de numerosas citas a autores y libros, algunos de los cuales quedan consignados en la nota final, que convierten a la novela en una reivindicación de la literatura. Además, Cerbantes Park es una potente sátira que dispara con gracia pero sin piedad contra los esnobismos de la élite cultural, las ínfulas de la burguesía, los tejemanejes de las instituciones y las contradicciones del mercado editorial (Jacob define Sant Jordi como “una fiesta literaria realizada con todo aquello que les gusta de la literatura a los que no les gusta la literatura”).


Reseña publicada en La Verdad: