martes, 20 de octubre de 2015

Entre los vivos - Ginés Sánchez



Entre los vivos, Ginés Sánchez, Tusquets, 2015, 282 págs., 18€.
 Entre la narrativa española reciente que se ha ocupado de la crisis económica hay autores que prefieren ofrecer una visión más general del asunto, casi cartográfica, como  Nere Basabe en El límite inferior, y otros que se centran en cómo afecta esta situación a personajes concretos. Este sería el caso de Entre los vivos, la última y excelente novela del escritor murciano Ginés Sánchez.
La obra nos cuenta cronológicamente un par de años en la vida de un joven afectado, como tantos otros, por la crisis económica: César “Gusanito” Gálvez. Comienza el protagonista intentando conseguir un trato justo con el empresario que lo acaba de despedir y que, a través de su asesor, hará todo lo posible para no pagarle el paro que le corresponde. Durante el resto de la novela, César sobrevivirá en la precariedad gracias a los ingresos que irá consiguiendo a través de la prestación por desempleo, de trabajos esporádicos y mal pagados, de diversos trapicheos e incluso de regalos de origen incierto. Como vemos, el protagonista de Entre los muertos sufre los distintos avatares que han aquejado a toda una generación en nuestro país en los últimos años. Pero César no es una víctima inocente, ya que no duda en responder a las injusticias con la violencia o planeando una venganza contra uno de esos empresarios que han provechado la coyuntura para hacerse más rico.
No sólo esta perspectiva económica es importante en la configuración de este personaje, las relaciones personales también son centrales en la novela. César es una persona solitaria y taciturna, alejada de la alegría y que disfruta con la soledad o dando largos paseos por una ciudad devastada por el calor o la suciedad.  Ese carácter huraño hace que le provoquen cierta empatía los mendigos, a cuya observación se dedica con la dedicación de un entomólogo en las largas horas que le deja libre el paro y la ausencia de motivaciones.
El dolor es otro leitmotiv central en la novela.  Se trata de un dolor que afecta a César tanto en lo físico, provocado principalmente por el episodio violento  que acaece justo a la mitad de la obra, como en lo mental, acercándose peligrosamente a la depresión en más de una ocasión. La respuesta de César a este dolor que lo abruma es variada: la huida, el disfraz, el aislamiento o las drogas son empleados en numerosas ocasiones como analgésicos.

Sus relaciones con las mujeres también se encuentran entre esas pesadas cargas, junto a las económicas y las físicas, que César tiene que acarrear. Por un lado está la fría relación con la madre, hecha de silencios y reproches solapados, y con la hermana, con la que los violentos enfrentamientos verbales sí son frecuentes. Por otro, los sucesivos fracasos con las tres mujeres de las que se enamora: Janislyn, Nadiezna y  Raquel. Con la primera comienza una profunda amistad a través del chat que acabará de la forma más inesperada cuando finalmente se conocen personalmente. El fracaso con Nadiezna, una joven mendiga, sumirá a César, a “Gusanito”, en las simas más profundas de la tristeza. Con Raquel, finalmente, parece encontrar a alguien que lo comprende, pero la relación parece que nunca va a pasar de la amistad.  Todo ello para terminar de configurar ese intrincado e interesante puzle que es el protagonista de Entre los vivos.

Reseña publicada en El Noroeste:

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