lunes, 18 de enero de 2021

Las voladoras - Mónica Ojeda

 


Las voladoras, Mónica Ojeda, Páginas de Espuma, 2020, 125 págs., 15€.

 

Con sus dos últimas novelas publicadas en España, Nefando (2016) y Mandíbula (2018), la ecuatoriana Mónica Ojeda se presentó como una de las autoras latinoamericanas más interesantes de la actualidad. Con esta colección de cuentos titulada Las voladoras (2020), Ojeda nos vuelve a presentar un libro repleto de historias inquietantes pertenecientes, en su mayoría, al género fantástico y la confirman como una narradora de primer nivel. Si bien el libro no alcanza las cotas literarias de sus novelas, especialmente de la sobresaliente Mandíbula, los lectores encontrarán un puñado de relatos de gran interés y con esos ambientes entre lo sórdido y lo abyecto que tan bien retrata la narradora ecuatoriana.

El volumen se inicia con un breve texto titulado como el libro y escrito en una primera persona con ecos de oralidad. Se trata de una especie de confesión de una chica o una niña que habla de unos personajes sobrenaturales llamados “las voladoras”.  Ya aparecen aquí dos de los elementos que estructurarán el volumen: el lenguaje poético (el cuento nos deja frases que más parecen versos, como “Dios es tan peligroso y profundo como un bosque” o “el misterio es un rezo que se impone”) y el aire a leyenda andina. Estos rasgos vuelven a aparecer en el segundo cuento, “Sangre coagulada”, donde, de nuevo, una niña cuenta cómo se va a vivir con su abuela, una especie de curandera que es considerada una bruja por sus vecinos. Ojeda aborda aquí desde la perspectiva de la niña, como hizo en Nefando, el doloroso tema del abuso a menores.

El componente fantástico se impone definitivamente en “Cabeza voladora”, que parte de un suceso macabro: una profesora universitaria ve como la cabeza de su joven vecina cae en su jardín desde la casa en la que vivía con su padre. Este hecho será el comienzo de una serie de acontecimientos sobrenaturales de los que la protagonista no podrá escapar. El tema de las relaciones perturbadoras dentro de la familia que era el punto de partida de “Cabeza voladora” protagoniza los dos siguientes cuentos. En “Canino” una joven debe cuidar de su padre, enfermo y dependiente, y manejar su extraña tendencia a comportarse como un perro. Por su parte, “Slasher” nos relata la obsesión de una chica por amputar la lengua de su hermana sordomuda e integrar la acción en la performance que ambas ejecutan sobre un escenario. Esta extraña relación fraternal se transforma en “Terremoto” en incestuosa, en un relato que de nuevo hace uso de la primera persona para crear un texto muy poético y onírico.

El volumen se cierra con otro acercamiento a las relaciones paterno-filiales más extrañas en “El mundo de arriba y el de abajo”. El relato nos presenta a un padre que transporta el cadáver de su hija hasta lo alto de un volcán en una peregrinación enloquecida en la que busca devolverla a la vida. De nuevo encontramos un lenguaje de gran lirismo y con abundantes términos relacionadas con lo telúrico.

Bastante diferente al resto del volumen es el cuento titulado “Soroche”, el más realista del conjunto y también uno de los más interesantes. Relata de manera polifónica un incidente que viven cuatro amigas de clase alta que realizan una excursión para animar a una de ellas, cuyo marido ha difundido un vídeo sexual en el que ella participa. A pesar de que propone temas más cotidianos como la venganza, la hipocresía social y los cánones estéticos que se les imponen a las mujeres, vuelve a tener un final con elementos sobrenaturales.

Reseña publicada en El Noroeste:




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