Arden las redes, Juan Soto Ivars, Debate, 2017, 286 págs., 18€.
El ensayo es un género difícil de escribir, ya que se debe mover entre la la seriedad en el acercamiento al tema tratado y la amenidad de su lectura. Me estoy refiriendo a esos ensayos de carácter divulgativo que no van dirigidos a un público especializado y minoritario, sino a un grupo mucho más amplio de lectores pero también menos proclives a aguantar un exceso de morosidad y teorización. Soto Ivars, acostumbrado a atraer la atención de los lectores con sus punzantes e irónicos artículos en El Confidencial, es muy consciente de ello y logra con Arden las redes ese difícil equilibrio entre la seriedad y la amenidad. Y es que son igual de frecuentes las referencias teóricas sobre el tema tratado y la explicación de casos concretos, las secciones más jugosas del libro.
El segundo y principal acierto del autor es la elección del tema sobre el que versa este ensayo. Tras el breve y llamativo título, el libro viene acompañado por un paratexto mucho más explicativo: “La poscensura y el nuevo mundo virtual”. Soto Ivars ha sabido percibir la oportunidad de un ensayo sobre una situación tan novedosa como es la censura a través de las redes sociales y los linchamientos realizados por parte de ciudadanos anónimos ante situaciones que consideran intolerables. Lo reciente del fenómeno, que se ha desarrollado en el último lustro, es, simultáneamente, el punto flaco y el fuerte del libro. Estamos ante un libro con reflexiones carentes de la perspectiva que ofrece el tiempo, escritas de una manera casi inmediata, los últimos casos analizados datan de seis meses antes de la publicación del libro, y que tratan de ahondar en una situación muy reciente y que aún no ha terminado de mostrar todas sus vertientes.
Soto Ivars parece ser consciente de esa cercanía con el fenómeno analizado y completa su visión personal con una abundante bibliografía teórica, más de lo habitual en un ensayo divulgativo como este. Además, completa su análisis de esta poscensura que campa a sus anchas en las redes sociales con varios capítulos dedicados a repasar la censura tradicional, centrándose especialmente en España. Si bien esta sección del libro es tan sólo un amplio preámbulo a su parte central y más interesante, nos sirve para conocer algunas explicaciones de los linchamientos cibernéticos que se han producido en los últimos años. Entre ellos podemos destacar el miedo de las grandes empresas a la opinión desfavorable del público, la merma en la credibilidad del periodismo, la crisis de la figura del intelectual como generador de opinión y las dificultades para distinguir ficción de realidad de gran parte de la sociedad.
En la segunda sección del libro, Juan Soto Ivars analiza en profundidad la poscensura centrándose en varios de los casos más llamativos y significativos de linchamiento mediático que se han producido en España. Acierta aquí en elegir casos promovidos tanto desde la izquierda (a Nacho Vigalondo) como desde la derecha (a la revista Mongolia o a Guillermo Zapata); desde el feminismo más radical (a Jorge Cremades) o desde ámbitos taurinos y también antitaurinos. Todos estos grupos se mueven como un perfecto ejército de opinión en las escaramuzas de lo que el autor llama “guerra cultural”.
Soto Ivars pone a la sociedad española ante ese espejo deformado que exagera sus defectos que son las redes sociales.
Reseña publicada en El Noroeste:
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