domingo, 8 de febrero de 2015

Los extraños - Vicente Valero




Los extraños, Vicente Valero, Periférica, 2014, 171 págs., 16€.

Posee un valor polisémico el término que da título a esta primera novela del poeta y ensayista balear Vicente Valero. Por un lado, el vocablo “extraño” se puede entender como sinónimo de “diferente”, ya que los cuatro protagonistas poseen biografías que se salen de lo habitual en sus respectivas épocas. Pero Valero emplea durante el libro esta palabra con el sentido de “desconocido”, por ser también cuatro personas con las que tiene lazos familiares pero a los que, salvo un caso y brevemente, jamás conoció.
El hilo conductor de la obra es la reconstrucción de las biografías de cuatro familiares que vivieron vidas muy dispares, pero todas ellas caracterizadas por los vaivenes y por discurrir en diversos países. El narrador nos va presentando a cada uno de ellos por separado, pero siguiendo siempre un mismo método mediante el cual recopila información de las biografías de los protagonistas a través de cartas, fotografías, testimonios de quienes les conocieron o de visitas, en dos de los casos, a los países donde fallecieron. Es en esta repetición, que a veces se acerca a la monotonía, donde encontramos uno de los pocos aspectos negativos de una novela muy interesante y original.
El primero de esos cuatro “extraños” es quizás el menos estrafalario de todos; se trata del abuelo materno del protagonista, un militar que falleció sin llegar a la treintena tras varios años destinado en Marruecos. En su biografía destaca su cambio de vocación, de abogado a militar, y su breve amistad con el aviador y escritor francés Antoine de Saint-Exupéry. Tras su historia, se narra la del estrafalario tío Alberto; un peculiar jugador de ajedrez con numerosos tics que, tras años emigrado, vuelve a España para reencontrarse con su hermano, el padre del autor. Esta irrupción supone un pequeño terremoto familiar para los adultos, pero una fuente de diversión para el narrador y su hermana.
También el nomadismo marca la vida del tercero de los “extraños”: Carlos Cervera. Acuciado por el deseo de vivir su vida libremente, es homosexual, y, sobre todo, de dedicarse al baile profesional, abandona siendo muy joven la Ibiza familiar para recorrer los escenarios de medio mundo con desigual suerte. Llegados a este punto el lector se extraña de que en este repaso a las biografías familiares del autor apenas haya tenido peso la Guerra Civil, omnipresente en el retrato de la mayoría de las familias españolas como muchos autores han reflejado. La historia del último de los protagonistas del libro viene a llenar este vacío y a incluir a Los extraños en la amplia bibliografía sobre este conflicto. El tío abuelo del autor puede parecer parcialmente un arquetipo de las novelas de esta temática: militar republicano exiliado tras la Guerra Civil en Francia. Sin embargo, su dedicación a la teosofía y el yoga y su carácter de vegetariano lo convierte en un personaje aún más interesante.

Estos son, el ajedrecista, los dos militares y el artista, los cuatro personajes de los que se nos cuenta sus peripecias vitales. Pero, tras finalizar el libro, el lector toma conciencia de que el único protagonista es el autor y que, más que narrar cuatro biografías de otros tantos familiares, Valero hace un ejercicio de recuperación de la memoria, si no histórica, sí familiar. Lo hace para conocer mejor un pasado, una historia que completa la suya propia. 

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