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sábado, 2 de abril de 2022

Entre amigos - Antonio Parra Sanz


 


Entre amigos, Antonio Parra Sanz, Menoscuarto, 2022, 192 págs., 14€.

 

Los lectores aficionados a la novela negra suelen conocer bastante bien los entresijos de este tipo de narraciones, de tal forma que exigen algún tipo de novedad a los autores para sentirse atraídos por su libro. Estos deben conseguir un equilibrio bastante complicado: por un lado deben moverse dentro de los cánones del género (a saber, una investigación criminal llevada a cabo por un policía o un detective de magnética, normalmente por su desordenada vida, personalidad), pero, a la vez, deben ofrecer algo diferente. Este elemento distintivo viene determinado en esta ocasión por el proyecto de la serie Seis Doble, ideado por la editorial Menoscuarto. Como ocurre con otras sagas, esta está protagonizada por una misma investigadora, la detective Sonia Ruiz, pero tiene la peculiaridad de que cada entrega ha de ser escrita por un autor diferente. Así, tras novelas creadas por Lorenzo Silva y Noemí Trujillo, Andreu Martín o Claudio Cerdán, le llega el turno a Antonio Parra Sanz, que sale victorioso del encargo.

Y es que este autor ha demostrado ya su solvencia en el género en la serie de novelas protagonizadas por Sergio Gomes y su conocimiento de la novela negra desde su posición de crítico literario y de organizador del encuentro anual Cartagena Negra. En el caso de Entre amigos, Parra Sanz nos ofrece una trama que no da descanso al lector, con constantes giros argumentales que son asimilados de manera lógica en la historia pero que no ofrecen respiro desde el impactante inicio al violento final. La novela cuenta la investigación que debe llevar a cabo la detective Sonia Ruiz para descubrir quién está detrás del extraño comportamiento de su ayudante Pau, que ha atacado a unos policías estando muy drogado, y de su posterior desaparición. En las casi doscientas páginas del libro, que se leen con gran celeridad gracias a la amenidad del libro, acompañamos a la investigadora Ruiz por medio Madrid detrás de las pistas necesarias para ayudar a su compañero.

Este personaje es seguramente el principal polo de atracción del libro; Sonia Ruiz es una mujer que posee casi todos los rasgos que asociamos al buen detective y que tradicionalmente sólo aparecían en personajes masculinos. Ella, al igual que los mejores detectives privados del género, se muestra como un personaje ambiguo, que pretende resolver el caso con métodos poco ortodoxos que la llevarán a frecuentes choques con la policía. Ruiz es una mujer dura, amante de la velocidad, el gimnasio y el rock de Extremoduro, pero que muestra también su sensibilidad al sentirse afectada por los problemas de Pau. Mantiene con este chico una relación que oscila entre el compañerismo, la protección cuasi maternal y la atracción erótica, en un cóctel que convierte su investigación en una carrera contrarreloj por salvar a alguien tan querido.  

Aunque la novela está repleto de personajes interesantes, como el mafioso rumano que controla el futuro de Pau, o el cerebral inspector Corán, que dirige la investigación policial, son otros dos personajes femeninos los que más atraen la atención de esta novela que, definitivamente, rompe con los tópicos más rancios del género. Por un lado destaca Alba, la novia de Pau, que en un principio aparece como una víctima más de la mafia rumana pero que pronto desvelará su verdadera cara. Por otro, la subinspectora Lidia Goya, cuya similitud de carácter con Sonia las llevará a chocar pero también a colaborar por el bien de la investigación.

Reseña publicada en El Noroeste:



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