Saturno, Eduardo Halfon, Jekyll & Jill, 2017, 68 págs., 14€.
Posee el dios Saturno una imagen muy negativa en nuestra cultura. Goya lo representó como un ser demoniaco que devoraba el cuerpo mutilado y sanguinolento de uno de sus hijos. Si bien es cierto que la mitología clásica ofrece una explicación bastante lógica de este atroz comportamiento, estaba obligado a hacerlo según el pacto que había contraído con su hermano Titán y que le permitía reinar, Saturno se ha convertido en el símbolo del mal padre. Esta identificación es la que provoca que el escritor guatemalteco Eduardo Halfon titule Saturno el cruento ajuste de cuentas con su progenitor que es este libro.
Esta breve obra, que se mueve entre lo confesional y lo autobiográfico, formaba parte del primer volumen publicado por Halfon y que leemos ahora en una cuidada reedición de Jekyll & Jill catorce años después. En Saturno podemos encontrar algunos de los temas más importantes de sus últimos libros, Signor Hoffmann y Monasterio, como son las referencias literarias y la identidad judía. Sin embargo, estos y otros asuntos se supeditan al objetivo principal de la obra: describir la relación del autor con su padre.
Halfon escribe una obra dura por su crudeza en la exposición de los sentimientos propios y por tratar sin tapujos el odio que siente hacia su padre. Estamos ante una especie de carta al padre, tema de ecos kafkianos, que se configura como un ajuste de cuentas con su progenitor necesario para purgar un dolor enraizado en el mismo origen de su personalidad. El narrador recuerda con amargura la dureza del padre, su carencia de empatía y el desprecio hacia su vocación literaria. Aparece como un tiránico empresario de éxito que se avergüenza del oficio de su primogénito y que no duda en inventarle, delante de sus amigos y socios, un perfil más acorde a sus intereses.
Frente a este desprecio que el protagonista, trasunto directo del autor, ha sufrido por parte de su padre a lo largo de toda su vida y en todos los aspectos de su relación, él se refugia en la Literatura. Se convierte ésta no sólo en una pasión, sino en un reino propio cuya frontera el padre jamás querrá traspasar. Por ello, el mundo de las letras tiene tanta importancia en el desarrollo personal del protagonista, mayor si cabe que el de otros autores con más comprensión por su vocación en su familia, y protagoniza la otra mitad del libro.
Y es que junto a ese ajuste de cuentas con el padre que vertebra el libro, Saturno también es una especie de catálogo de autores suicidas. Ante el lector desfilan las historias de escritores más o menos conocidos que optaron por acabar con su vida. Halfon explica las razones que los llevaron a este fin y los diferentes medios que emplearon literatos como Cesare Pavese, Virgina Woolf, Ernest Hemingway o Yukio Mishima. Las razones de que Halfon elija este delicado tema para completar su libro son, creo, varias. Por un lado estos aciagos finales de los escritores se pueden relacionar con la tristeza que destila el narrador por la dura relación con su padre. Por supuesto, también existe una identificación con el destino de los escritores, gremio que el autor siente como el suyo. Y el último vínculo entre ambos temas, el más concreto, es que muchos de estos suicidas tuvieran una difícil relación con sus propios padres.
Reseña publicada en El Noroeste.
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