Magistral, Rubén Martín Giráldez, Jekyll & Jill, 2016, 100 págs., 12€.
Los lectores de narrativa somos también narradores. En
nuestra recepción del texto que leemos se produce una reconfiguración del
discurso redactado por el autor. Además, cuando alguien nos pregunta “¿de qué
va?” el libro que tenemos entre manos, nos detenemos en el relato condensado de
su argumento con delectación. Pero, ¿qué ocurre cuando un texto aparentemente
narrativo carece o deja en segundo plano la trama? En estas ocasiones, la
mayoría de los lectores sienten una perplejidad al comienzo del libro que se
torna pronto en irritación al no encontrar la esperada historia. Sólo unos
pocos receptores saben ir más allá y encontrar placer en la lectura, cuando el
libro la ofrece, a pesar de no hallar una trama. A estos últimos lectores está
dirigido Magistral, el
artefacto literario perpetrado por Rubén Martín Giráldez.
Porque aquellos que busquen un argumento en el segundo
libro de este ensayista y traductor catalán se darán cuenta pronto del segundo
plano, cuando no tercero, que ocupa en el orden de importancia de la obra. Lo
primero que llama la atención en Magistral es su estilo;
Martín Giráldez emplea un lenguaje denso, a veces retorcido, con preferencia
por los juegos de palabras, las onomatopeyas, las metáforas, los neologismos y
con largos fragmentos en inglés. Veamos un ejemplo del peculiar estilo del
libro: “Ordeñador prostático, lalia infusa try to troll password subrosa,
criptos, otrosí escaneo fonético: arcabuzos submarinos en el gunning fog index”
(pág. 93). Este protagonismo dado al lenguaje, poco habitual en la narrativa
española contemporánea, no es un medio, sino un fin en sí mismo por el
componente metaliterario del libro. Al igual que hace Cervantes en la segunda
parte del Quijote, se cita la repercusión que ha tenido Magistral en
un juego temporal cargado de ironía. El narrador se dirige al lector y le
habla del propio libro que tiene entre manos, diluyendo las fronteras de la
ficción y dinamitando los preceptos tradicionales de la narrativa. En esta
concepción lúdica y crítica de la Literatura que propone Martín Giráldez,
adquieren gran importancia los paratextos, citas de otros autores, la portada y
el índice de otro, y los juegos tipográficos.
Aunque, tal y como ya hemos defendido, el lenguaje y
sus giros son los verdaderos protagonistas de Magistral, también
podemos hallar un hilo argumental, débil y discontinuo eso sí, en la obra. El
libro nos cuenta la intención de un autor español de abandonar su idioma natal
y seguir la senda de Notable American Women, obra del
norteamericano Ben Marcus. Este segundo texto adquiere una gran
importancia en la última mitad del libro, convirtiendo a Magistral en
una especie de parásito que toma fragmentos enteros de Marcus. La relevancia de
este nuevo juego literario se debe relacionar con la sátira a la lengua, a
la crítica y a la literatura española que aparecen en la primera parte del
libro. De nuestro idioma dice el narrador que lo hemos convertido en “muelle y
fantocha” (pág. 15); frente a ello, aboga por esa renovación total de la
que el propio texto es ejemplo.
Apuesta fuerte Martín Giráldez con Magistral,
algo poco habitual en los autores de su generación (nació en 1979). A pesar de
que el libro puede indigestar, utilizando una metáfora gástrica tan del gusto
del propio autor, se agradece la originalidad y la valentía en la propuesta
discursiva y en la sátira.
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