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martes, 26 de enero de 2016

Sin presente - Lionel Tran


Sin presente, Lionel Tran, Periférica, 2015, 147 págs., 16€.
Toda generación se define por oposición a los valores que encarnó la de sus padres. Los jóvenes occidentales siempre han ido un paso más allá en la conquista de libertades y en la emancipación con respecto a lo conseguido por sus progenitores. Pero, ¿qué ocurre cuando tus padres pertenecieron a la generación más liberada de la Historia?; si ellos enarbolaron todas las banderas que la juventud hace suyas en el parisino mayo del 68. La respuesta a esta paradoja está en la raíz de Sin presente, la última novela del francés Lionel Tran.
El libro comienza en el simbólico año 1989; mientras Francia conmemora el segundo centenario de la Revolución, otro hito en la conquista de las libertades, los hijos de aquellos jóvenes que protagonizaron las revueltas de 1968 están acabando el instituto. Chong, el protagonista y narrador, es un epítome de su generación: criado por una madre soltera en un ambiente intelectual y de izquierdas que lo incita a ser libre. Sin embargo, ¿cómo serlo y rebelarse ante unos padres que hicieron lo mismo? Ante esta situación, Chong y sus amigos deciden abandonar los estudios y crear un colectivo, Tabula Rasa, desde el que ofrecerán un arte desprejuiciado y en el que volcarán el nihilismo de su época, la Generación X. Pronto, el consumo de drogas, el trapicheo con ellas y la inacción dejarán en un segundo plano los ambiciosos proyectos artísticos del grupo.
Sobre esta historia, Tran, ofrece un texto bastante libre en lo estilístico y en lo temporal, que huye de la narración lineal para ofrecer mediante fragmentos discursivos de breve extensión un retrato de la generación. Asistimos a la espiral que llevará a Chong al abuso de las drogas y a la pobreza, de la que emergerá, paradójicamente, convertido en un obrero más parecido a sus abuelos que a sus padres. Pero, también, van desfilando una pléyade de personajes que se mueven entre el arte y el lumpen y que son descritos siempre con la crudeza propia del estilo del autor.
Además del choque generacional, tema que sirve de motor de arranque del libro, la creación artística es el otro gran eje de Sin presente. Observamos las dificultades que encuentra Chong para llevar a cabo su vocación de convertirse en escritor; el narrador se obliga de una manera casi obsesiva y masoquista a plasmar sobre el papel unas ideas que parecen no aflorar. La toxicomanía o la falta de organización del resto de componentes de Tabula Rasa también dificultan el desarrollo del grupo como plataforma artística, ofreciendo una imagen de artistas rebeldes y malditos que no logran salir de su inmadurez.
El libro de Lionel Tran ofrece gracias a su carácter autobiográfico una narración cargada de autenticidad de lo sufrido por una parte de su generación. Sin embargo, la novela, publicada originalmente en Francia en 2012, parece llegar un poco tarde, al ocuparse de unos problemas que el país galo parece haber dejado atrás. Los problemas económicos y la violencia callejera que sacudieron ese Lyon de los noventa que sirve de escenario al libro, quedan un poco lejos tal y como las noticias nos muestran a diario. De todas formas, se pueden encontrar no pocas similitudes con nuestra época en esta interesante novela de Tran.

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