Una mariposa en la máquina de
escribir. Cory
MacLauchlin, Anagrama, 2015, 361 págs.,
24€.
El destino de muchas
obras literarias va irremediablemente unido al de sus autores. Aunque 2666 es una obra magna, el hecho de que
apareciera un año después de la muerte de su creador, Roberto Bolaño, ha
atraído a muchos lectores y, seguramente, ha aumentado su éxito. A algunos lectores les fascinan las historias
de escritores malditos y se acercan a sus libros con cierto morbo, para intentar
encontrar en ellos rastros de las atribuladas vidas de sus autores. Sin
embargo, ninguna historia personal, por muy truculenta que sea, sostiene el
éxito de una obra mediocre y sólo aquellas que posean méritos intrínsecos
pueden perdurar en el tiempo. Un caso paradigmático de ello lo tenemos con La conjura de los necios, la magnífica
novela del norteamericano John Kennedy Toole. A la vida de este narrador,
nacido en Nueva Orleans y paradigma del autor que sólo encuentra el éxito tras
su muerte, está dedicado este libro de Cory MacLauchlin.
La
mayoría de los que hemos disfrutado de las desventuras de Ignatius J. Relly, el
excesivo y anacrónico protagonista de esa cumbre de la sátira que es La conjura de los necios, conocíamos el
tortuoso camino que esta novela tuvo que sufrir para lograr el éxito. Rechazada
por un importante editor neoyorquino y abandonada por Toole hasta su suicidio,
sólo pudo ver la luz gracias al empeño de la madre del autor que batalló
durante más de una década hasta que el libro por fin se publicó, convirtiéndose
en un éxito crítico y comercial. Esta historia parece poseer todos los
ingredientes de una fábula: el artista rechazado por la industria cultural, su
posterior suicidio, la lucha incansable de la abnegada madre, el triunfo del
libro y el reconocimiento póstumo del autor.
Sin
embargo esta historia de buenos y malos, conocida por el público gracias a los
testimonios de la madre de Toole, tiene sus matices. MacLauchlin realiza una
investigación seria y documentada para mostrarnos la verdad sobre el autor y el
libro. Gracias a cartas, textos de distinta índole y testimonios de amigos y
familiares de Toole, se matiza la “versión oficial” de su vida. Por ejemplo, se
reconoce que la madre fue un personaje clave para la publicación del libro,
pero también se la presenta como una figura egocéntrica que buscaba su propia
fama tanto como el reconocimiento a su hijo. Gracias a las cartas que se
reproducen, se acaba con la imagen de ogro del editor neoyorquino que rechazó
la obra, demostrando que reconoció la valía del libro e intentó mejorarlo. Como
buen historiador, MacLauchlin huye de las elucubraciones morbosas sobre las
razones del suicidio, como su supuesta homosexualidad, y nos presenta la
importancia de la enfermedad mental en el trágico desenlace.
Opta MacLauchlin, como
suele suceder en estos casos, por repasar de manera cronológica la vida de
Toole, pero también del libro, ya que la creación y el desarrollo de La conjura de los necios es tan
importante para el autor como la biografía del narrador de Nueva Orleans. Nos
interesa Toole porque nos encanta su libro y eso es lo que encontrará el lector
en Una mariposa en la máquina de escribir:
las claves para entender mejor una novela maravillosa escrita por una persona
brillante, pero cuya vida sufrió un trágico y prematuro final.
Reseña publicada en El Noroeste:
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