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viernes, 15 de septiembre de 2023

Mi padre alemán - Ricardo Dudda

 


Mi padre alemán, Ricardo Dudda, Libros del Asteroide, 2023, 213 págs.

            Existe una tradición en la historia de la literatura de obras sobre la relación del autor con su progenitor. Podemos citar entre ellas a las Cartas al padre de Franz Kafka o la más reciente Saturno de Eduardo Halfon, pero son muchos los libros que ofrecen desde la perspectiva del hijo la imagen un hombre que se convierte, por motivos obvios, en un modelo fundamental en la vida del escritor. No siempre son sencillas estas relaciones, los dos casos citados están protagonizados por progenitores especialmente duros y severos, pero son interesantes para indagar en cómo se construye la masculinidad por imitación. Afortunadamente para él, el padre de Ricardo Dudda no fue un modelo tóxico y la relación entre ambos es cordial; sin embargo, la peculiar vida de Gernot Dudda convence a su hijo para contar su historia en este interesante libro.

            Se suele utilizar con demasiada frecuencia el sintagma “vida de película”, pero la del protagonista del libro realmente hace honor a esta expresión. Nacido en 1940 en Prusia Oriental, con cinco años debe abandonar su ciudad natal ya que esta pasa al final de la Segunda Guerra Mundial de ser alemana, como la mayoría de sus habitantes, a polaca. La familia Dudda comienza entonces un exilio que los llevará primero a la que pronto sería la Alemania Democrática para establecerse finalmente en Essen, en la Alemania Federal. Parece que esta vida itinerante de sus primeros años caló en el espíritu de Gernot que, tal y cómo cuenta su hijo en el libro, emigra a España (en un movimiento contrario al que hacían en esos años sesenta miles de españoles) y se establece en Burgos. Su vida en nuestro país está llena de cambios de domicilio, de empleo, hasta convertirse en un publicitario de éxito en los años noventa, y también de pareja. Cuando Ricardo entrevista a Gernot para reconstruir su vida, este es ya un octogenario que se ha establecido en la costa murciana.

            Ya esta existencia itinerante sería suficientemente relevante para justificar la lectura de Mi padre alemán, pero el autor va más allá y convierte el libro en una obra notable. Lo hace, en primer lugar, con su sagaz indagación sobre la personalidad de su padre, que describe al detalle (desde sus gestos hasta su alimentación pasando por su relación con la religión y la música o su peculiar forma de hablar castellano), y sobre las posibles razones de algunas lagunas en su historia (Gernot se niega a hablar de su primera mujer). Otro elemento fundamental en la reconstrucción del mito familiar es el descubrimiento por parte de Ricardo de que probablemente su abuelo participó activamente en la limpieza étnica nazi, algo que desconocía Gernot hasta ese momento.

La participación de la familia Dudda en la Segunda Guerra Mundial es uno de los ejes del libro ya que pasan de verdugos (son alemanes y el padre de Gernot es policía) a víctimas (deben abandonar aprisa su casa ante el avance del ejército rojo y se convierten en refugiados). Ricardo, desde pequeño, acompaña a su padre cuando este vuelve a algunos de los escenarios de su infancia, en un proceso muy similar al que realiza Eduardo Halfon, autor cuyo ciclo sobre su familia judía puede servir como espejo de este libro. De hecho, hay una escena muy similar en ambos autores cuando visitan la casa que sus familiares abandonaron en la actual Polonia (una por el Holocausto, la otra por la inminente llegada de los rusos) y que ahora, como es lógico, ocupa otra familia. Curiosamente, en el libro de Dudda hay también un boxeador polaco, personaje fundamental en el ciclo de libros de Halfon.

En definitiva, un libro de gran interés sobre las relaciones paterno-filiales y sobre el concepto de víctima con la convulsa historia de Europa como telón de fondo.   

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