Centroeuropa, Vicente Luis Mora, Galaxia Gutenberg, 2020, 181 págs., 18€.
Pocas zonas del mundo
tienen un pasado tan convulso como Centroeuropa; quizás por tratarse de una
encrucijada en la que han confluido numerosas tribus, imperios y estados, la
gran llanura que se extiende entre los Alpes y el mar ha sido testigo de
frecuentes modificaciones de sus fronteras y de numerosas guerras. Vicente Luis
Mora imagina en su última novela que este territorio que ha servido en tantas
ocasiones de campo de batalla, es en realidad un gran cementerio de soldados de
distintos países y épocas.
Esta metáfora del pasado
de la tierra centroeuropea, se convierte en palpable realidad en la finca de
Redo; es este un vienés que en los años treinta del siglo XIX se establece en
Szonden (Prusia) para comenzar una nueva vida y que al cavar una tumba donde
enterrar a su esposa Odra, fallecida durante el viaje por una bala perdida de
(precisamente) un militar francés, observa que el terreno está lleno de
cadáveres de soldados. El hallazgo pasa de sorprendente a fantástico al encontrar
en cada nueva prospección el doble de cuerpos, por pertenecer estos a distintos
ejércitos del pasado y del futuro y por mantenerse congelados incluso cuando la
primavera llega. El suceso atrae la atención de todo el pueblo, que discute con
serenidad germánica qué hacer con los cadáveres, y determina la llegada de Redo
al villorrio.
Sin embargo, este
llamativo hecho inicial acaba adquiriendo un carácter secundario y la novela se
centra en la aclimatación del protagonista al pueblo. A pesar del macabro
hallazgo y del hecho de que Redo sea forastero y el primer campesino libre de
la zona, el vienés es recibido cordialmente en Szonden. Allí encuentra vecinos
colaboradores como Hans, jóvenes nobles atraídas por su frondosa barba como
Johanna, e intelectuales con los que traba amistad como Jakob, que se convierte
en su maestro. Con todos ellos Redo mantendrá una estrecha y prolongada
relación marcada por el gran secreto que debe guardar. Es este, y no el
descubrimiento de los cuerpos en su terreno, el leit motiv del libro; el
protagonista había proyectado junto a Odra la vida que iban a llevar en Szonden
y que les iba a permitir escapar de sus humildes orígenes y vivir juntos su
amor. La muerte de la mujer no arredra al
protagonista, que continua con el plan establecido soportando él solo
ese secreto que si bien no se explicita, el lector adivinará a lo largo del
libro. Creo, por lo tanto, que el tema principal de la novela es la dificultad
de llevar una vida en la que estés obligado a mantener una mentira y no poder
mostrarte como realmente eres ni siquiera ante tus mejores amigos.
Además de este asunto de
gran calado representado por la ambigua existencia de Redo en Szonden, Vicente
Luis Mora dispone en Centroeuropa de otros temas de gran interés como la
inoperancia de la burocracia, el sinsentido de la guerra y la necesidad de
conocer el pasado para no repetir sus errores. La tierra fronteriza en la que
Redo se establece, a orillas del río Oder, ofrece como una panoplia los
estragos de las guerras del pasado en cuanto se raspa la productiva superficie
de sus campos.
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