Dicen de mí, Gabriela Wiener,
Esto no es Berlín, 2018, 159 págs., 18€.
Muchas personas suelen afirmar que somos la
imagen que proyectamos de nosotros mismos hacia los demás. Según esta idea, una
persona no puede ofrecer un retrato cabal de su forma de ser, sus defectos y
méritos por falta de perspectiva y por ser parte interesada en esa labor. Sin
embargo, los le que conocen pueden realizar una descripción mucho más objetiva
aunque también mediatizada por la cercanía de la relación que tienen. Esta idea
entra en contradicción con la mayoría de libros que podemos encuadrar en la
llamada literatura del yo, con la salvedad de las biografías, ya que en
memorias, diarios o autobiografías el narrador trata como tema su propia vida.
La periodista y escritora Gabriela Wiener apuesta
en su último libro, Dicen de mí, por soslayar, dentro de lo posible, los
peligros que puede provocar escribir sobre sí mismo y da la palabra a amigos y
familiares que hablan sobre ella. En el prólogo asegura que no es “un libro
sobre el yo”, algo con lo que estamos de acuerdo ya que tras su lectura se
puede comprobar que aunque el tema principal sea ella, son otras personas las
que toman la palabra, por lo que se puede decir que es un libro sobre el “tú”.
Tanto este punto de partida, una obra en la que
se repasa la vida del autor dándole el protagonismo a otra gente, como la
estructura, cada capítulo es una entrevista en la que Wiener escribe tanto la
introducción como las preguntas, son bastante novedosos en la literatura
actual. Pero lo que más llama la atención en una época en la que cada vez hay
más libros con trasfondo autobiográfico en las estanterías de las librerías
españolas es su crudeza. El que crea que la madre, el marido, la mujer, la hija
o los amigos de Wiener iban a ofrecer una imagen edulcorada de la autora e iban
a soslayar sus conflictos con ella se equivoca. La narradora peruana viene,
como recuerda su primer jefe en una de las entrevistas, del periodismo gonzo y
ofrece en el libro un retrato crudo de sus intimidades para comprenderse mejor
a sí misma y su relación con los demás.
A lo largo de la quincena de entrevistas que
conforman el volumen, vamos conociendo en profundidad la forma de ser y las
obsesiones de Wiener, en un retrato colectivo que está determinado por la
relación entre la persona que responde y la autora y por las preguntas que ella
va haciendo, que, si bien le permiten siempre tener cierto control sobre los
temas tratados, no evitan nunca asuntos escabrosos. Así, se nos presenta a una
persona con un fuerte carácter pero también con grandes inseguridades, que
demanda mucha atención de los demás que no siempre devuelve. En el lado
positivo de este completo retrato de Wiener, aparece una mujer valiente, que ha
superado algunos complejos que lastraron su infancia y primera juventud en Lima
y que desarrolla una interesante trayectoria literaria y periodística.
La única entrevista que carece de esa impronta
de verdad que poseen todas no es, frente a lo que podría parecer, la que
realiza a su hija de diez años, que muestra la conflictiva relación que existe
entre una preadolescente y su madre, sino con el padre. Quizás sea por el hecho
de que lleve gravemente enfermo mucho tiempo o que haya fallecido antes de que
el libro se terminara, pero Wiener tiene un registro muy diferente en las
preguntas que le realiza a su progenitor. La autora se sale del guion que sigue
en el resto de cuestionarios y apenas le pregunta por ella misma, sino que se
centra en la vida del padre y en su militancia política; además, evita
cuestionarle por un tema que sí citará más tarde: el hecho de que su padre
tuviera una familia paralela formada con otra mujer y una hija.
Uno de los temas que más aparece a lo largo del
libro es el feminismo, movimiento en el que Wiener milita y que le lleva a
cuestionar algunas situaciones del pasado. Especialmente revelador es el
epílogo con el que se cierra el volumen y que narra el intento de realizar una
entrevista a su antiguo novio que no llegó a buen puerto debido a la
incapacidad de él de reconocer como un acto machista el brutal puñetazo que le
asestó. Frente a ello, el novedoso proyecto de familia que comparten Wiener, su
marido y su esposa, junto a los hijos que han tenido cada una de las mujeres
con el hombre, es presentado como un triunfo frente a la sociedad patriarcal.
En definitiva, un libro distinto, valiente en su
acercamiento al yo y que nos muestra que, en gran medida, somos la huella que
dejamos en los demás.
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