Otra Europa, Czeslaw Milosz, Tusquets, 344 págs., 1958, 9€.
En muchas ocasiones, para entender mejor situaciones políticas internacionales que se dan en la actualidad los expertos recomiendan consultar las raíces más profundas de la Historia. Por ejemplo, en conflictos actuales como el de Ucrania, los sentimientos nacionales de cada zona del país pueden parecer espúreos para los orientales. Por eso, libros como Otra Europa del Premio Nobel Czeslaw Milosz nos ayudan a comprender mejor las relaciones entre los países de del Este del continente.
Esta obra se estructura como una autobiografía en la que el poeta polaco repasa los acontecimientos más importantes de sus primeros cuarenta años de vida. Sin embargo, y como el título anuncia, el libro es también un ensayo sobre esa "otra Europa" a la que desde Francia, Alemania o España se le da la espalda tan a menudo: la Europa del Este. A lo largo del libro conocemos mejor las diferencias entre las idiosincrasias de naciones como Polonia, Lituania o Rusia.
La convulsa biografía de Milosz es una muestra de los vaivenes que sufrieron los habitantes de esta zona de Europa en la primera mitad del siglo XX. Sirva como ejemplo que Vilna, la ciudad en la que pasó gran parte de su infancia y juventud, pertenece, sucesivamente, a Rusia, Lituania y Polonia. Milosz, nacido en la actual Lituania, se siente polaco por motivos lingüísticos y familiares y acaba instalándose en Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial.
En el libro se mezclan los momentos más personales (su educación en un colegio católico, la publicación de sus primeros poemas, su relación con su tío Oscar Milosz y con su mentor, apodado "El Tigre")) con las terribles experiencias que tiene que vivir. Contadas casi siempre desde cierto alejamiento, Milosz narra sus experiencias ante la Primera Guerra Mundial, siendo aún un niño, el auge del nazismo, la Segunda Guerra Mundial, la Varsovia ocupada por los nazis, el Holocausto y el Stalinismo. Es, por lo tanto, un testigo de primer orden de la Historia de Europa Oriental.
Además, no debemos olvidar que Milosz es un poeta y que como tal deja su impronta en el estilo del libro, que tanto en los pasajes más reflexivos como en los que narran sucesos de acción (su primer viaje por Europa siendo un veinteañero, su traslado furtivo de Vilna a Varsovia durante la Guerra) muestra un alta calidad literaria.
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