Desayuno en Tiffany's, Truman Capote, Anagrama, 1958, 97 págs., 7'50€.
Resulta imposible comenzar a leer este libro de Truman Capote y que no se te vengan a la mente las imágenes de Audrey Hepburn y de George Peppard. La película que adapta esta novela corta de Capote se ha convertido en un clásico conocido por todos, incluso como los que, como yo, no la hemos visto.
Centrándonos en la novela hemos de decir que su calidad está a la altura del éxito de la película, aunque puedan sorprender al lector algunos elementos. La imagen romántica e idealizada que tenemos de Audrey no se corresponde con la Holly de la novela, una mujer sofisticada, sí, pero mundana y con una vida bastante sórdida.
La obra retrata el fugaz impacto que tuvo la joven Holly, una chica que frecuenta a millonarios y gángsters, en la vida del narrador, un escritor sin éxito. Se describen las fiestas de Holly y sus problemas con la justicia con un ritmo ágil y desenfadado que nos remite a la época dorada de las comedias norteamericanas. La importancia del diálogo y lo marcado de la personalidad de los protagonistas nos hacen pensar en que Capote escribió la novela pensando en su adaptación o, al menos, influido por los guiones de la época.
Se trata de una pequeña joya en la que la imagen angelical de Audrey se humaniza con la deslenguada y soez Holly que Capote nos presenta.
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